
El postchavismo militarista ideologizado ha impuesto un Ambiente Político Real Violento, responsable por la híper-inflación, una incremental persecución y una condición de sociedad ahuecada propia de un bestiario militarista y su función de caporales del chavismo castrista, lo cual apunta obligatoriamente a que un liderazgo democrático defina la transición política.