
No había terminado el disparatero de Nicolás Maduro de descomponer y caldear el país con su propuesta de asamblea nacional constituyente violatoria de la Constitución, en la que sin consulta popular propuso y dispuso hacerla con un censo electoral no universal y directo sino sectorial y secundario restringido a sus propios adláteres, un evento de él con él (ya calada en el imaginario con el merecido remoquete de ‟prostituyenteˮ), cuando en otro alarde de insensatez nos anuncia una ‟constituyente militarˮ.