
Steve Bannon ha sido siempre un personaje turbio cuyo hábitat son las alcantarillas del poder a la sombra. El que fuera presidente de la publicación ultraderechista Breitbart adquirió un perfil más visible como jefe de campaña de Donald Trump en 2016. En aquel entonces se presentaba como el gurú ideológico del entonces candidato. Bannon era ducho en echar a andar teorías de conspiración que, por descabelladas que fueran, hicieron mella en la campaña de Hillary Clinton.