
La soltura para transgredir las libertades la han convertido en un estandarte antiguo. No importa lo que diga el mundo, pues ya nadie queda atónito por sus hechos irreversibles. Detrás siempre hay un propósito despiadado que busca achicar a los valientes; a quienes valorizan sobremanera el deber de informar y ponen en riesgo hasta su propia existencia.