
En el turbulento mundo de la política latinoamericana, donde los escándalos suelen tener la vida útil de un tuit viral, el presidente argentino, Javier Milei, protagonizó una crisis que combina criptomonedas, aparente ingenuidad presidencial y cerca de 44.000
damnificados. Todo esto en menos tiempo del que toma explicar qué es un Blockchain.
El episodio comenzó el viernes 14 de febrero cuando Milei, en un acto que sus defensores califican de imprudente y sus críticos de criminal, decidió promocionar en sus redes sociales una criptomoneda llamada $LIBRA. La coincidencia con su signo zodiacal podría ser anecdótica, si no fuera porque el destino parece tener un peculiar sentido del humor: la balanza de la justicia, símbolo de Libra, ahora pende sobre la cabeza del presidente argentino.
Los números son tan vertiginosos como preocupantes. En cuestión de minutos, el valor
de $LIBRA pasó de ser prácticamente nulo a superar los 5 dólares, alcanzando una
capitalización de mercado de 4.000 millones de dólares. Lo que siguió fue un clásico del
mundo cripto conocido como "rug pull" o "tirón de alfombra" los desarrolladores retiraron aproximadamente 90 millones de dólares, dejando a miles de inversores con las cuentas vacías y sus esperanzas de riqueza destruidas.
La defensa esgrimida por el presidente resulta, cuanto menos, desconcertante. "No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto" declaró, como si la responsabilidad presidencial fuera un detalle menor en la promoción de instrumentos financieros. Esta explicación, más propia de un influencer novato que de un economista que llegó a la presidencia predicando las virtudes del libre mercado, ha generado más preguntas que respuestas.
El escándalo trascendío las fronteras argentinas. The New York Times, por ejemplo, dedicó un espacio en su publicación para analizar cómo el líder libertario promocionó una criptomoneda que se desplomó en cuestión de horas. La prensa internacional observa con perplejidad cómo el autoproclamado paladín del libre mercado, y además un reconocido economista, aparentemente olvidó las reglas básicas de esta ciencia.
La investigación preliminar ha revelado que la empresa detrás de $LIBRA, KIP Protocol, había mantenido reuniones con Milei en el mes de octubre de 2024. Este detalle añade una capa adicional de complejidad al asunto: ¿cómo es posible que el presidente no estuviera "interiorizado" sobre un proyecto cuyos responsables había conocido personalmente?
La oposición, naturalmente, ha encontrado en este episodio el combustible perfecto para
encender la maquinaria del control político. Ya se habla de juicio político y comisiones investigadoras. El argumento es sólido: si un presidente utiliza su investidura para promocionar un activo financiero que resulta ser una estafa, las consecuencias no pueden limitarse a un simple "me equivoqué".
Mientras tanto, la Oficina del Presidente ha anunciado la creación de una Unidad de Tareas de Investigación, en lo que parece ser un intento de que el gobierno se investigue a sí mismo. La medida recuerda a aquella famosa frase de Groucho Marx sobre no querer pertenecer a un club que lo aceptara como socio.
Lo más preocupante de este episodio no es solo la pérdida económica de miles de personas que confiaron en la palabra presidencial. Es el daño a la institucionalidad democrática y la confianza pública. Cuando un presidente promociona una inversión que resulta ser una presunta estafa, el golpe no es solo al bolsillo de los inversores, sino a la credibilidad del cargo más alto de la nación… más cuando por estas horas desde la administración Milei se está negociando un nuevo programa con el FMI.
Este incidente también pone de manifiesto los peligros del mundo cripto no regulado, donde la línea entre inversión legítima y estafa puede ser tan delgada como un tuit presidencial. La ironía es que Milei, quien ha hecho de la desregulación su bandera, acaba de proporcionar uno de los mejores argumentos a favor de una mayor supervisión del mercado de criptoactivos.
En Argentina, mientras el peso sigue su histórica tendencia a la baja, la credibilidad presidencial parece haber encontrado su propia criptomoneda para devaluarse. La pregunta que queda flotando en el aire es si esta crisis será un punto de inflexión en la presidencia de Milei o simplemente un capítulo más en la ya agitada historia política argentina.
Este escándalo, que se sigue desarrollando con nuevos giros y detalles, ha puesto a Javier Milei en el centro de una tormenta política y judicial que promete agitar aún más las aguas ya turbulentas de la política argentina. En las primeras horas del 17 de febrero, se reveló que la jueza María Servini y el fiscal Eduardo Taiano estarán a cargo de la investigación que tratará de demostrar si el presidente ciertamente fue parte de una estafa.
A las 8 de la noche hora de argentina, el mismo lunes 17 de febrero, el presidente Javier Milei
se refirió por primera vez en una entrevista en el canal TN, a la controversia en torno a la criptomoneda $LIBRA y las acusaciones de estafa que surgieron luego de su vinculación con el proyecto. A pesar de las denuncias en su contra, Milei buscó despegarse de cualquier irregularidad, subrayando que actuó de buena fe y que no incurrió en delito alguno.
Según Milei, la situación era comparable a la de un casino, donde aquellos que decidieron participar lo hicieron bajo su propio riesgo, y afirmó que los afectados fueron principalmente personas especializadas, con pocos argentinos entre ellos. Además, reiteró que su intención al promover la criptomoneda era mejorar las condiciones para emprendedores tecnológicos en Argentina.
Sin embargo, el mandatario reconoció que este episodio le dejó una valiosa lección, señalando que debe ser más cauteloso al permitir el acceso a su entorno. En su análisis,
explicó que la experiencia le mostró que las puertas abiertas en su rol de presidente no
pueden ser tan fácilmente accesibles y que debe implementar filtros para evitar que
situaciones similares lleguen a él sin estar resueltas.
A pesar de las críticas, el presidente se mostró confiado en que este incidente no dañará
su credibilidad y reafirmó su compromiso con el equilibrio fiscal y la lucha contra la inflación.
Por el momento, lo único certero es que la credibilidad del presidente Milei, al igual que
$LIBRA, están definitivamente a la baja.
Comments