La película Civil War dirigida por Alex Garland, es una muestra muy cruda de lo que puede
pasar si, desde las esferas del poder, se sigue atizando el fuego de la polarización política, y socavando las instituciones democráticas.
Ambientada en un futuro cercano, el film presenta un Estados Unidos fragmentado, donde un
presidente autoritario en su tercer mandato desafía los principios fundamentales de la
alternancia en el poder, irrespetando los límites institucionales (Se me vienen varios ejemplos
a la cabeza mientras escribo estas líneas), provocando una división nacional que culmina en
una guerra civil.
Civil War cuenta la historia de un grupo de periodistas compuesto por la veterana fotógrafa de guerra Lee Smith (Kirsten Dunst), su colega Joel (Wagner Moura), la joven aspirante a
fotoperiodista Jessie Cullen (Cailee Spaeny) y su mentor Sammy (Stephen McKinley). Mientras
viajan desde Nueva York a Washington D.C. para documentar el conflicto, el grupo atraviesa un paisaje devastado por la guerra, presenciando escenas de violencia extrema como ejecuciones, torturas y combates entre milicias, que van transformando gradualmente a los personajes, especialmente a Jessie, quien se vuelve cada vez más insensible.
Durante su travesía, el grupo experimenta pérdidas trágicas, como la de sus colegas periodistas Tony y Bohai a manos de una milicia xenófoba. Finalmente, el grupo se une a las
Fuerzas Occidentales en el asalto a Washington D.C.
En un desenlace brutal, el grupo de periodistas presencia cómo los soldados sacan al
Presidente de debajo de su escritorio y lo ejecutan, no sin antes dar una declaración a Joel.
La película concluye con una imagen de los soldados de las Fuerzas Occidentales posando
sonrientes junto al cadáver del Presidente.
Pero la película Civil War no es solo una película de acción, sino un potente llamado de
atención sobre cómo la democracia puede desmoronarse cuando sus instituciones pierden su legitimidad, trayendo el caos a la sociedad.
Para países como Venezuela, Nicaragua, Irán y Corea del Norte, entre otros, esta película
producida por A24, representa un dramático recordatorio de la importancia de defender los
principios democráticos, respetar la leyes, el voto ciudadano y mantener la integridad de los
procesos electorales.
Está cinta que recaudó más de 130 millones de dólares puede disfrutarse en la plataforma
Max.
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