La noticia del fallecimiento del actor Donald Sutherland, ocurrida el pasado jueves 20 de junio en Miami, a los 88 años de edad, conmocionó al mundo del cine. Por su eximia trayectoria como uno de los histriones de soporte más relevantes de Hollywood, dejó una marca indeleble en la industria cinematográfica.
Las primeras informaciones proporcionadas por la BBC destacan que la causa de la muerte fue por una larga enfermedad, de la que hasta el momento se desconocen los detalles. El encargado de dar a conocer la noticia fue su hijo, el también actor Keifer Sutherland.
Su imponente presencia de 1,92 metros de altura y sus ojos de un azul profundísimo, le dieron singularidad a los más de 200 papeles que representó, tanto en cine como en la televisión.
Nacido en St. John, Newbrunswick, Canadá, el 17 de julio de 1935, pensaba dedicarse a la ingeniería y para ello se inscribió en la Universidad de Toronto, pero finalmente se dejó tentar por la interpretación, como consecuencia de su participación en las clases complementarias de arte dramático que recibía en ese centro de estudios.
Tras viajar a Londres y completar su formación en la Royal Academy of Dramatics Arts, regresa a Canadá para trabajar como locutor de radio y luego como minero en Finlandia.
Debutó en el cine en 1963, aunque su primer papel destacado llegó con Klute (Alan J. Pakula, 1967), que estelarizó con Jane Fonda.
En su vasta filmografía destacan películas como Amenaza en la sombra (Nicholas Roeg, 1974), Como plaga de langosta (John Schlesinger, 1975), Novecento (Bernardo Bertolucci, 1976), Casanova (Federico Fellini, 1978), Ha llegado el águila (John Sturges, 1976), Laberinto mortal (Claude Chabrol, 1977), Gente como uno (Robert Redford, 1980), El ojo de la aguja (Richard Marquand, 1981), Crackers (Louis Malle, 1984), JFK (Oliver Stone, 1991), Grito de piedra (Werner Herzog, 1992), Acoso (Barry Levinson, 1994), Tiempo de matar (Joel Schumacher, 1996), Cold Mountain (Anthony Minghella, 2003), Orgullo y prejuicio (Joe Wright, 2005) y Ad Astra (James Gray, 2019).
Secundario de especial presencia interpretativa, era un actor con enorme capacidad dramática, al que le gustaban los personajes llenos de matices.
Para la historia queda su recuerdo y el de sus personajes del capitán Hawkeye de M.A.S.H. (Robert Altman, 1970), el Jesucristo de Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971), el investigador privado de Klute, el atormentado padre de familia de Gente como uno o el héroe veterano de Jinetes del espacio (Clint Eastwood, 2000). En 2018 le dieron un Oscar de honor en reconocimiento a su trayectoria.
El retiro nunca atravesó su mente: “No me puedo jubilar porque mi vida es el trabajo. Esto es una pasión. Los personajes que he interpretado me han dado disfrute y libertad para vivir la vida que nunca me hubiera atrevido a vivir”, llegó a decir en una oportunidad.
En televisión participó en series míticas como El Santo (1965) y Los Vengadores (1967). Ganó el Emmy con Ciudadano X (1995) y el Globo de Oro por Camino a la guerra (2002).
En sus últimos años dio vida a Paul Getty en Trust, (2018), serie de Danny Boyle y acompañó a Nicole Kidman en The Undoing (2020). Su último trabajo, el que cierra su filmografía, fue precisamente para la pequeña pantalla en Hombres de ley: Bass Reeves (2023).
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