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Foto del escritorJuan E. Fernández, Juanette

¡Cuando calienta el sol!


Foto: Pixabay

Son las 6 de la tarde del lunes y estoy escribiendo esta columna ya con las últimas fuerzas que le quedan a mi cuerpo, y es que estos días son muy difíciles para mí porque es verano, y particularmente en Argentina debe ser el más caliente de la historia. Ojo no estoy hablando de economía sino de meteorología.


¿Cómo me di cuenta que este verano será más caliente que el de otros años? El primer indicio de que se viene un verano muy hot lo note hace unas dos semanas, cuando salí a comprar unas frutas y vi a mi verdulero Julio, que es Misionero, es decir, nació en la provincia de Misiones, abanicándose con un cartón. Cosa que era imposible de ver en Buenos Aires porque:

Misiones es una provincia donde hace mucho calor y los Misioneros, que son las personas que nacieron allá (y no los curas), no sufren las altas temperaturas.

Todos los que vivimos en Buenos Aires sabemos que, si agarras un cartón para abanicarte, los cartoneros, que son quienes recolectan este material para venderlo, no te dejarían vivo.


Luego de hacer las compras, y ya de regreso a casa, vi cómo ante mí se desmayó un hombre como de dos metros de alto y cuatro de ancho. Al verlo, varias personas fuimos a socorrerlo y cuando volvió en sí dijo en perfecto acento: “Vergación mi hermano qué pasó” ¡Si!, era un maracucho. Imagínense el calor que hacía que un maracucho* se deshidrató. Yo obviamente al ver esto corrí despavorido porque hay algo que marca el apocalipsis, y es justamente que un maracucho se desplomé por el calor. *Maracucho: Dícese del nacido en Maracaibo, el lugar más cálido de Venezuela, y creo yo del mundo.


Y por si la ola de calor no fuera suficiente, comenzaron a faltar los servicios de agua, electricidad e Internet; algo que enloqueció a mucha gente y salieron a las calles a protestar.

Cabe destacar que acá son tan organizados que no hizo falta que alguien les dijera “Mire, mire, mire, tome la sartén y péguele con arrechera”; acá la gente se arrechó sola al pasar hasta 48 horas sin luz ni agua. Los venezolanos que vivimos en Buenos Aires los veíamos con ternura y empatía como diciéndoles “amigos yo estuve ahí."


Pero ¿Cómo se convirtió Argentina en el lugar más caluroso del mundo? ¿Acaso Dios nos odia? ¿Los otros países nos envidian y nos hicieron una brujería porque somos campeones del mundo? Por lo visto yo no fui el único que se hizo estas preguntas. Incluso el mismo presidente Alberto Fernández dijo: “Ya no sé qué más nos va a pasar en la Argentina”.


Estos días he tratado de entender el origen de las altas temperaturas, y además del cambio climático, creo que hay alguna otra razón que cause estas altas temperaturas. Por lo que me puse a escribir algunas hipótesis:


El Fondo Monetario Internacional no creo que sea el causante, porque si nos morimos todos de calor ¿Quién les va a pagar? (Aunque acá entre nos, no sé si se le pueda pagar a esa gente alguna vez).


Los chinos construyeron un sol artificial. Y como a mí no me gusta acusar sin pruebas, dejo acá un par de documentos que lo demuestran:

Para más pruebas les dejo un video donde lo explica:

Y por último la teoría que tiene más sentido: Engordamos mucho en diciembre, y por eso diosito está haciendo del mundo un sauna, que sin duda nos ayudará a bajar esos kilitos de más que modelamos con dignidad.


Bueno, los tengo que dejar, el cubo de hielo donde estaba sentado mientras escribía estas líneas se derritió, así que debo ir al cajero, retirar mil dólares y comprar una bolsita pequeña de hielo.


Hasta la semana que viene.



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