En su despedida como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet expresó que América Latina no ha estado exenta de problemas y amenazas a los Derechos Humanos. Considera que es una región que, desde antes del COVID, ya estaba molesta, no estaba contenta con los sistemas, ni políticos ni económicos.
Además, dijo que luego de la pandemia de COVID, todos los avances que se habían logrado en América Latina retrocedieron fuertemente y trajo consigo crecimiento de la pobreza, aumento de desempleo, y además quedó al descubierto la economía informal. Bachelet advierte que eso ha significado que no se puedan asegurar los derechos sociales y económicos adecuados.
Bachelet alertó que en algunas partes el COVID-19 fue usado como excusa para disminuir los derechos civiles y políticos, y también para acosar o a los periodistas y a los defensores de derechos humanos. Y en muchas partes también, algunos gobiernos hicieron un uso excesivo de la fuerza, violando también los derechos políticos y civiles.
"Ahora me preocupa lo que está por delante, porque las región está viviendo los efectos de la guerra de Ucrania. Muchos países son altamente importadores de grano, de bencinas, de fuentes energía, de fertilizante, o de otros alimentos. Y la guerra ha significado una alza de la inflación en la mayoría de los países, por lo cual el mismo salario tiene una menor capacidad adquisitiva", agregó.
Finalizó manifestando que a menos que los gobiernos hagan "lo que tienen que hacer", vamos a tener un clima de "inestabilidad social y política".
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