Los planos, encuadres y las coreografías de El Jockey te harán saltar de la butaca desde la primera toma. Es como si Fellini y Sorrentino hubieran tenido un hijo loco que se convirtió en
jinete de carreras.
Imagínense esto: estás viendo una carrera de caballos típica y de repente Remo Manfredini, el protagonista de la película, comienza a flotar sobre su caballo como si la gravedad no existiera.
Te aseguro que en varios momentos del film te preguntarás ¿Pero que es lo que acabo de ver?
Y es que la forma en que el director de la película, Luis Ortega, juega con la realidad me recordó mucho a esas escenas surrealistas de 8½ de Fellini, donde no sabes si lo que ves
es real o un sueño febril del protagonista.
La cinta cuenta la historia de Remo Manfredini, una leyenda del turf cuya conducta excéntrica
y autodestructiva empieza a opacar su talento. En vísperas de la carrera que podría cambiar su destino y le permitirá saldar sus deudas con el peligroso mafioso Rubén Sirena, Remo sufre un accidente que lo deja al borde de la muerte. Tras escapar del hospital, deambula por Buenos Aires, sin recuerdos claros de quién es.
Es así, como despojado de su antigua vida, Remo empieza a reconstruirse mientras es
perseguido por Sirena y sus secuaces, quienes no descansarán hasta encontrarlo.
La película explora temas como la identidad, ambición y los sacrificios que conlleva la
búsqueda de la excelencia en el mundo del turf. Con un estilo visual exuberante y un guion
intrigante, El Jockey ha sido aclamada por la crítica por sus actuaciones destacadas,
especialmente las de Nahuel Pérez Biscayart y Úrsula Corberó en los papeles principales.
Otras participaciones a destacar son la de Los Danieles, es decir, Daniel Fanego (quien
falleció antes del estreno de la película) y Daniel Giménez Cacho. En el caso de Fanego, hace el papel de “Fanego”, un gánster que tendrá como misión encontrar a Remo para llevarlo ante su jefe Rubén Sirena (interpretado por Giménez Cacho).
Y hablando de Giménez Cacho, algunas de las escenas inverosímiles que presenta la cinta de
Luis Ortega, recuerdan a la película Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades,
protagonizada también por el actor mexicano.
Un punto a resaltar de El Jockey es su estética visual, donde los planos de tres, las coreografías, y la composición te harán recordar algunas películas de Paolo Sorrentino.
El guión de la cinta fue escrito por el propio Ortega, acompañado de Fabián Casas y Rodolfo
Palacios. Además, fue producida por Infinity Hill (productora de Axel Kuschevatzky y Cindy
Teperman), El Despacho, Exile Content en asociación con ViX, Dim Films, Fundación Ernesto
Sábato, Pampa Films, Gloriamundi y Warner Music Entertainment. También contó con la
producción ejecutiva del actor Benicio del Toro.
El Jockey que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia, y ganó el premio Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián, representará a Argentina en los premios Goya y en Los Oscars.
La cinta de Ortega es una bocanada de aire fresco que reafirma la calidad del Cine Argentino
en el mercado internacional.
Acabo de ver El Jockey y te digo que los planos, encuadres y las coreografías te harán saltar
de la butaca desde la primera toma. Es como si Fellini y Sorrentino hubieran tenido un hijo loco que se convirtió en jinete.
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