Héctor Villa y Pierina Sora son periodistas venezolanos residentes en Perú. Villa llegó a Lima en Julio de 2017. "Tenía una amiga allá y me decía que la situación económica era buena. En Venezuela no veía futuro. Me vine a Perú sin tener muy claro qué haría. Estuve casi un mes sin trabajo hasta que comencé como encargado de audiovisuales en una tienda de comercio electrónico que tenían unas personas provenientes de China. Ahí estuve un mes aproximadamente, y luego comencé a trabajar en una revista especializada en tecnología, pero con foco en el Canal de Distribución del país."
La televisión ha sido la experiencia de Villa como comunicador. "Trabajé por más de 6 años en un canal local en el estado Aragua, y en mi último año fui corresponsal de Venevisión en el mismo estado. Al llegar a Lima he tenido la oportunidad de continuar formándome, algo que es positivo. Pero he trabajado en áreas de marketing, ahora estoy como líder en una agencia consultora, me ha tocado aprender para llegar hasta ahí. Y algo que también agradezco mucho es que no he dejado de hacer periodismo, aunque pasé por un proceso en el que había decidido que ya no sería más periodista, pero Dios y la vida dan oportunidades de continuar, y también he podido formarme en Derechos Humanos, migración, y otros temas para incluir a mi visión como periodista."
- ¿Cómo surge Cápsula Migrante y con qué propósito?
-El 2020 fue un año difícil para el mundo. Como seguro sabes, Perú es el segundo país en América Latina que ha recibido el mayor número de migrantes venezolanos. Recientemente llegó al millón y lamentablemente los medios de comunicación no han tenido una actitud empática con la migración. Antes de la pandemia los titulares estereotipaban y estigmatizaban a los migrantes. A eso agregamos que las condiciones generales de las personas migrantes acá son de mucha vulnerabilidad, sumado a la informalidad laboral generalizada del país. Yo estaba haciendo este reportaje para Efecto Cocuyo junto a Pierina Sora, y luego de buscar información nos dimos cuenta de que había un gran vacío informativo. Comencé a reunirme con Pierina, le expreso mi preocupación, y entre ambos planeamos, tuvimos sesiones de brainstorming, y finalmente el 25 de mayo salió la primera edición de Cápsula Migrante, que fue un resumen de noticias en audio. Ahora hemos evolucionado. Nuestro medio principal es YouTube, unos grupos de WhatsApp donde tenemos casi 500 personas y en Instagram donde tenemos más de mil 100 seguidores y se puede leer nuestra visión de la plataforma: "Una plataforma informativa para la comunidad venezolana en Perú"
-¿El proyecto genera ingresos?
-Estamos en ese camino, de que sea un medio sostenible en el tiempo. Cuando comenzamos, fuimos incubados por Factual y Distintas Latitudes, y ellos nos daban un fondo para algunos gastos pequeños. En el 2021 ganamos el Fondo de Respuesta Rápida para medios durante la pandemia. Y nos dieron recursos para llevar a cabo una campaña que llamamos #MigrantesInformados, sobre el COVID-19, la migración y las vacunas. Hemos tenido aportes de la comunidad, que conocen el arduo trabajo que hacemos día a día en Cápsula Migrante, también estamos monetizando en YouTube, aunque no es una gran cantidad de dinero (no hemos hecho el primer retiro todavía), y tenemos planes. Los medios digitales emergentes, como nosotros, estamos en un constante proceso de reinventarnos, de encontrar formas de mantenernos vigentes y seguir brindando el servicio informativo a la comunidad venezolana que es bastante importante y necesario.
--¿Cuáles son los principales problemas de los venezolanos en Lima, que ya llegaron al millón?
--Los problemas son varios, que no quiere decir que son nuevos. Lo primero, y que también afectó en la pandemia, es el trabajo. Hay mucha informalidad laboral. Apenas el año pasado fue que yo pude tener un contrato formal, con vacaciones y seguro médico. Muchos viven del día a día también, y hay que pagar los servicios, el alquiler, los gastos médicos, aunque existen ciertas facilidades. Otro problema que si es nuevo, es la regularización migratoria. Hay algunos avances que ha hecho la Superintendencia de Migraciones, que es positivo, de regularizar a los migrantes que no tienen estatus alguno, solo que quienes no lo han hecho hasta ahora les han puesto unas multas que superan los 3 mil dólares, por lo que muchas personas optan por irse del país, regresar a Venezuela o ir a otra país de la región o a Estados Unidos, y en el peor de los casos, no regularizarse, con lo que corren el riesgo de ser deportados.
--¿Existen varias organizaciones de venezolanos en Lima?
--Sí, hay muchas. Antes no se veía, pero como han surgido varias necesidades, así también las organizaciones. Hay algunas que están enfocadas específicamente en mujeres, otras que atienden a la población en general, todas reciben apoyo de organizaciones internacionales.
--¿Has sentido manifestación de xenofobia?
--Personalmente no, pero si ha ocurrido. Mucho se ve por las redes sociales, en la forma que se expresan de los "venecos" o las "roba maridos". Pero creo que es algo que finalmente no trasciende. Al inicio Lima era difícil para muchos migrantes, y en un punto lo puedo entender. Perú era un país que exportaba personas, nunca había sido un país receptor. Pero con el paso ha aprendido. Todavía no es una ciudad que podamos decir que es 100 % receptiva con la migración, pero ha cambiado y eso es bonito. También ver que muchas personas de Venezuela se han integrado y se han adaptado. Este proceso es bastante interesante, y creo que puede generar aspectos sociales interesantes, y el intercambio de cultura. Conozco venezolanas y venezolanos que han encontrado sus parejas y han formado familia acá. Y eso genera un impacto en la sociedad a nivel de cultura, y sin duda promueve la integración.
Y para complementar esa integración está Cápsula Migrante, que no tiene contraindicación.
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