La Encuesta Nacional de Hospitales, desde el año 2018 ha monitoreado semanalmente
una serie de indicadores relacionados a la situación hospitalaria que incluyen
abastecimiento, oferta de servicios, personal disponible, aspectos de seguridad e
infraestructura. Esto, como una forma de ofrecer a la opinión pública una imagen
actualizada de las condiciones y la capacidad de atención de los hospitales venezolanos.
La ENH desde sus inicios ha monitoreado únicamente hospitales tipo III y IV que, según
la clasicación internacional, son aquéllos que ofrecen mayor cantidad de servicios y tienen
capacidad de atender a mayor número de personas. Entre los hospitales monitoreados por este estudio, tenemos hospitales de referencia regional e incluso nacional.
A continuación, presentamos los resultados obtenidos por el monitoreo de la Encuesta Nacional de Hospitales durante todo el año 2023.
Insumos de emergencia
Sin duda alguna, mantener un registro de cuáles son los insumos que faltan en las emergencias venezolanas es fundamental para poder construir el contexto de la situación de salud en Venezuela. Para efectos de la ENH, se escogieron 20 insumos considerados indispensables en una emergencia los cuales son monitoreados semanalmente. En base a ellos además, se construyó un Índice de desabastecimiento, el cual le da un valor numérico a las carencias en este servicio.
Los insumos que mayores fallas registraron fueron los analgésicos mayores y los inhaladores de asma. Esto se corresponde a lo que históricamente hemos registrado en este indicador, por lo que podemos hablar de ninguna alteración con respecto a otros años.
Para el año 2023, el Índice de desabastecimiento de insumos de emergencia fue de 37%.
En el año 2023 registró un desabastecimiento menor con respecto al 2022. Sin embargo, en este indicador especíco es importante contextualizar lo que significa que falte cualquier insumo en un área crítica como la emergencia de un hospital.
Si un paciente con una crisis asmática llega a una emergencia, por ejemplo, y no hay inhaladores disponibles, las opciones para el paciente se reducen a que él mismo o
sus familiares deben salir en busca del inhalador para poder llevarlo al hospital. Esto necesariamente implica gastos asociados. Es decir, el paciente debe no sólo comprar
el medicamento o insumo, sino costear los gastos de traslado para conseguirlo.
Esto mismo se repite con cada uno de los insumos, monitoreados o no, incluso se complica más, cuando se requieren varios insumos y no hay ninguno.
Tiempos de atención
Este indicador, también conocido como el “Tiempo aguja”, se refiere al tiempo que transcurre entre que un paciente llega a la emergencia del hospital y se le es administrado el primer medicamento. Para efectos de la ENH, se monitorea el tiempo de atención únicamente de infartos y neumonías.
En relación al tiempo de atención de infartos, tenemos que en el año 2023 se registró un aumento, llegando a 1:45 de espera aproximada para la administración del primer medicamento.
Según los estándares internacionales, el tiempo de atención para infartos debería estar alrededor de las 30 minutos, con un margen aceptable hasta los 45 minutos desde la llegada del paciente. Como vemos, hoy los hospitales venezolanos están muy lejos de poder entrar en estos estándares.
Por otro lado, el promedio de tiempo de atención de neumonía disminuyó en comparación al 2022. A pesar de que a diferencia del tiempo de atención de infarto, para neumonía no hay un estándar generalizado de atención, pudiéramos afirrmar que entre 45 min a una hora, es un rango de tiempo que pudiera considerarse razonable y aceptable para un paciente que llega con neumonía.
Como se puede observar en los resultados de este monitoreo, nuestros hospitales también están muy lejos de alcanzar estos rangos de tiempos de atención.
Nuevamente en este indicador es importante contextualizar los resultados. Que los tiempos de atención sean mucho más altos de lo que deberían puede responder a muchos factores, por ejemplo, los insumos disponibles.
Otros factores que también influyen en los tiempos de atención son el número de camas operativas en la emergencia, el personal médico disponible e incluso, el abastecimiento de servicios básicos como agua y luz. Además de ciertos equipos o servicios que deben estar operativos para hacer un diagnóstico eficiente de la condición.
Camas Operativas
Según los resultados del monitoreo semanal de la ENH, el promedio de camas operativas de emergencia por hospital para el año 2023 fue de 34 camas (versus 37 camas en promedio operativas en 2022).
Como explicamos anteriormente, la disponibilidad de camas es fundamental a la hora de evaluar la capacidad real de atención de los centros de salud.
En este indicador también es importante destacar que cuando se habla de camas operativas no se refiere únicamente a la existencia física de la cama o camilla, sino que también se cuente con los equipos y el personal médico para que el paciente que la ocupe pueda ser atendido apenas la ocupe.
Personal de salud
Otro de los aspectos que es importante monitorear, es la disponibilidad de personal de salud disponible en las áreas críticas de los hospitales. La ENH monitorea semanalmente el número de médicos residentes, médicos especialistas y enfermeras disponibles en los turnos diurno y nocturno.
No se reportan diferencias en la disponibilidad de personal de salud en las emergencias entre 2022 y 2023.
Servicios Públicos
Otro factor que suele pasar desapercibido cuando se habla de capacidad de atención hospitalaria es el acceso a servicios como agua y luz, que si bien no son elementos
estrictamente hospitalarios, si cumplen una función de vital importancia para que el hospital pueda ofrecer de manera eficiente todos sus servicios.
Por ejemplo, si no hay agua disponible en todo momento, se di culta mantener los estándares de salubridad de los espacios hospitalarios lo cual hace que espacios que
deberían ser sumamente limpios e higiénicos, sean mas bien fuentes de bacterias. Además, el acceso a agua es indispensable para poder realizar tratamientos como por ejemplo las diálisis.
Si revisamos los resultados del monitoreo semanal de la ENH, tenemos que para el año 2023, disminuyeron la cantidad de hospitales que reportaron no tener agua ningún día. Sin embargo, no hubo mejores en relación a los que reportaron tener todos los días, por lo que seguimos teniendo una distribución de agua bastante irregular, dónde además la mayoría de los centros monitoreados reportan que es a través de cisternas. Es decir, se están dedicando recursos adicionales para poder tener agua en el hospital, ya que la distribución por tubería no es suficientemente regular para poder abastecer los centros de salud. Con información de encuestanacionaldehospitales.com
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