Esta columna es muy especial para mí porque la escribo desde Roma. Vine a hacer una visita que tenía pendiente desde los 15 años y finalmente pude cumplir. Hace apenas unas horas conocí Cinecittà.
Cinecittà, que en italiano significa literalmente "Ciudad del Cine", es el corazón palpitante del cine italiano y uno de los complejos cinematográficos más importantes del mundo.
Fundado en 1937 durante la era de Mussolini - un detalle histórico que no podemos ignorar - estos estudios se convirtieron en el símbolo del renacimiento cinematográfico italiano después de la Segunda Guerra Mundial.
Antes de comenzar el tour oficial, uno puede perderse por estos jardines que son como un museo al aire libre del cine italiano. Es fascinante porque cada pieza que ves tiene una historia cinematográfica detrás.
Lo primero que me encontré fue una cabeza gigante que usó Federico Fellini para su película Casanova. También hay cámaras, luces y elementos usados en los primeros años de Cinecittà.
Pero sin duda , el santo grial de esta especie de "Disney" para cineastas, es el mítico Estudio 5.
Cuando llegamos a la locación me emocioné, pues imagínense estar parado exactamente donde Fellini dirigió tantas veces a Marcello Mastroianni.
Algunas escenas de La Dolce Vita, Fellini 8½, La Strada, entre otras se rodaron en ese edificio. Las paredes parecen susurrar los secretos de todas esas obras maestras.
Me impactó especialmente ver la transformación que Scorsese hizo del Estudio 5 para Pandillas de Nueva York.
Otra cosa que me fascinó fue la instalación Fellini se muestra. Ver los trajes originales, los elementos de utilería que uno reconoce inmediatamente de sus películas... Y esa estatua de cera de Fellini y Mastroianni... ¡es increíble! Verlos "juntos" otra vez, aunque sea en cera, me provocó una mezcla de nostalgia y admiración.
Otros decorados de la visita que valen la pena conocer son el set de la serie Rome, donde se recreó el Foro Romano. La atención al detalle en las columnas, los templos... todo te transporta directamente a la Roma antigua.
Cierra la visita la recreación del submarino usado para la película U-571. La claustrofobia que se puede generar en ese espacio... uno entiende inmediatamente por qué la película resultó tan tensa y realista.
Después de recorrer estos estudios legendarios, no puedo evitar pensar en cómo el cine es un arte que trasciende el tiempo y las fronteras. Cinecittà no es solo un conjunto de estudios cinematográficos; es un testimonio vivo de los sueños, la creatividad y la persistencia humana.
Al final, ya sea en Roma, en Buenos Aires o en cualquier rincón del mundo, el cine sigue siendo eso que Fellini tanto amaba: una fábrica de sueños donde todo es posible.
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