El pasado 25 de septiembre celebremos el cumpleaños número 75 del cineasta manchego Pedro Almodóvar, y no puedo evitar reflexionar sobre la enorme influencia que ha tenido su
obra en mi propio camino. Aunque nunca tuve el privilegio de conocerlo personalmente,
siento que su maestría ha dejado una huella indeleble en mi forma de ver y entender el cine.
Recuerdo la primera vez que vi Mujeres al borde de un ataque de nervios, fue en la Sala Margot Benacerraf del antiguo Ateneo de Caracas. Quedé cautivado por esa mezcla explosiva de drama, humor y una sensibilidad tan única que se convertiría en la marca registrada de Almodóvar.
A partir de ese momento, cada nuevo filme de Almodóvar se convirtió en un evento esperado
con ansia, una oportunidad de sumergirnos en universos diversos, coloridos y profundamente
conmovedores.
Luego mis ojos se deleitaron con cintas como La flor de mi secreto, Carne trémula,
Átame, Los abrazos rotos, Hablé con ella, y Todo sobre mi madre, esta última la vi en la
Habana durante una clase de guión con Senel Paz.
Pero la influencia de Almodóvar va más allá de la pantalla. Su visión única, su valentía para
retratar temas tabú y su celebración de la diversidad han sido una fuente constante de
inspiración no sólo para cineastas sino para cultores.
Pedro no solo logra plasmar en celuloide sus historias personales, sus luchas y sus triunfos,
sino que demostró que el cine es un medio para explorar la complejidad humana, para desafiar las normas y para reivindicar voces silenciadas.
El cine de Almodóvar está inspirado por su audacia y su maestría a la hora de capturar la
esencia de la vida en toda su gloria y tragedia, de dar voz a quienes han sido marginados y de encontrar la belleza en lo aparentemente mundano.
Y como si su legado cinematográfico no fuera ya suficiente, este año Almodóvar recibió el
codiciado León de Oro del Festival de Cine de Venecia por su película La habitación de al lado.
Sin duda uno de los mejores regalos en estos 74 años de vida.
En breve estaré por España, y sólo espero poder cruzarte en cualquier calle madrileña, calles
que han servido de locación para alguna de tus películas. Si llego a verte creo que gritaré
fuerte ¡Feliz cumpleaños Almodóvar!
Solo espero que tu hermano Agustín me deje saludarte.
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