Cuando observamos que quienes deberían asumir el rol de oposición, nada más y nada menos contra el castrismo venezolano, no solo el peor régimen de nuestra historia sino en conexión internacional con regímenes análogos, en lugar de oponerse secundan al pie de la letra la agenda impuesta por el chavismo, pero además piden “ayuda” a instituciones 100% psuvizadas, nos damos cuenta que ya no se guardan formas, que el pudor se ha perdido y, prácticamente, deja a los venezolanos a la deriva, a la espera de un milagro.
Muchos idealizan primarias absolutamente imposibles, la dura realidad se impone. Creen que la principal figura en aceptación popular contra el chavismo saldrá electa y no es así, nos explicamos. El chavismo aún no ha comenzado a jugar, nos arrincona hacia otras presidenciales con candidatos de su órbita y confianza, como en 2018. Por ejemplo, y esto lo pueden apostar, inhabilitará a María Corina Machado porque es la figura política más incomoda, única con apoyo in crescendo. La inhabilitará porque sí, obviamente, ilegal e ilegítimamente. Así mismo, la sospechosa pausa en que se sumergió el caso Monómeros, a pesar Petro es el presidente neogranadino, no es gratuita, el régimen espera el momento oportuno para aprovecharse de ello e inhabilitar a otros cuantos, entre quienes figura Guaidó.
Al final, solo subsistirán candidatos ungidos por el régimen, que no batallarán procedimientos ni resultados, que ya estarán pre-conformes con dádivas, cuotas de poder y los anhelados recursos de campaña acordados, todo auspiciado por una comunidad internacional deseosa de reconocer un gobierno venezolano para poder echar mano a nuestros inagotables recursos/energía. Este panorama ocurre porque se continúa siguiendo la agenda del régimen, tanto que bochornosamente se inmiscuyen instancias chavistas en actos presuntamente “opositores”. Los venezolanos somos víctimas del peor gobierno, de la peor oposición.
La excusa de solicitar “apoyo” al régimen (CNE) por cuestión de recursos resulta barata e insultante. En primer lugar, recintos gratuitos donde se pudiera ejercer el voto sobran, por ejemplo, las casas parroquiales. La iglesia católica venezolana ha manifestado abiertamente su preocupación por la ruptura del hilo democrático y constitucional, seguramente prestarían su apoyo, al igual que los colegios de profesionales y un sinfín de lugares prestos para la ocasión.
En segundo lugar, con relación al recurso humano, el voluntariado que prestaría su apoyo sin cobrar un céntimo abunda a lo largo y ancho del país. Jóvenes, abuelos, profesionales, millones de venezolanos cansados de subsistir se ofrecerían en cantidades colosales para trabajar ad honoren en una jornada de primarias correctamente llevadas a cabo.
EN tercer lugar, en cuanto a los mecanismos a utilizar para sufragar, nos topamos que existen decenas. En Venezuela sobran ingenieros y técnicos calificados que con todo gusto aportarían su trabajo sin esperar estipendio alguno, todo con el fin de contribuir a nuestra libertad. De manera tal, que involucrar al CNE solo responde a intereses muy oscuros entre un régimen kakistocrático y una oposición de anime… ¡Vayan a engañar baratamente a otros!
Ahora bien, el único fin honorable de unas primarias reales, aparte de ser ajena a cualquier intromisión del régimen, no debe ser lo electoral con instituciones secuestradas por el régimen ¡No! el fin insigne debe ser relegitimar la oposición y encarar la lucha por nuestra democracia, por nuestra constitucionalidad, a través de una nueva conducción que imponga la agenda con acciones expeditas, no en 2024 o cuando el régimen “lo autorice”.
Tal como se están desarrollando, estamos atestiguando la peor primara de nuestra historia, con intromisión directa del chavismo y con el peor fin, elecciones con instituciones públicas 100% chavistas. Si los venezolanos no reaccionamos ante este ultraje tendremos 100 años más de chavismo, de sobrevivencia cada vez más indigna. @leandrotango
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