Ante un pequeño grupo de seguidores, incluido su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, Liz Cheney describió su derrota como el inicio de un nuevo capítulo en su carrera.
La mayor adversaria de Donald Trump entre los congresistas republicanos, fue derrotada en unas primarias del partido por una aspirante apoyada por el expresidente. Este resultado refuerza el control de Trump sobre las bases del partido.
La congresista y sus aliados encararon la jornada con pesimismo, conscientes de que el apoyo de Trump había dado un impulso considerable a Harriet Hageman en Wyoming, donde Trump ganó por un margen más amplio en 2020.
Cheney ya pensaba en su futuro político más allá del Capitolio y podría barajar una candidatura presidencial en 2024, lo que la colocaría de nuevo enfrentada a Trump.
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