“No quiero estar tras las rejas”, comenta Marianella Salazar al referirse a los largos años que estuvo como columnista y cronista del acontecer político en medios impresos, radiales y televisivos. Por ello, decidió darle un golpe de timón a su quehacer profesional y, más sosegada, pero no por ello menos irreverente, decidió conducir, vía YouTube, su propio programa de TV, que ha titulado, muy apropiadamente, Divinos momentos.
En esta faceta, la periodista ha resultado una agradable revelación en el vasto y muy competido ámbito de las redes sociales.
En 50 años de ejercicio del periodismo, ella misma dice que son muchas las historias que tiene que contar, de allí esos “Divinos momentos” que decidió compartir, desnudando el alma, “contando mi vida y, por supuesto, mis intimidades también”.
Y así ha sido este ocurrente y divertido espacio virtual, un anecdotario de las peripecias, narradas con lujo de detalles, de una reportera que a lo largo de más de cinco décadas en los medios de comunicación venezolanos las cuenta con desparpajo y sin sobresaltos.
Cada episodio es un viaje hacia las décadas de los 70, 80 y 90 para recordar la grandeza del país donde fue testigo y en algunos casos protagonista. Los títulos lo dicen todo. He aquí algunos de ellos:
Dejé un ovario en Costa Rica, El Punto G o el placer censurado, Momentos con Boris Izaguirre, Mi supuesto romance con Carlos Andrés Pérez, El extraño amor-odio por Sofía Imber, El día que despeiné al Presidente Caldera, Mi cena con Carlos Andrés Pérez y Vargas Llosa, Los Monólogos de la Vagina se alzaron el 11 de abril, “La Gata” Herminia Martínez y sus amores contrariados con Gilberto Correa, Preguntas indiscretas y revelaciones sobre una historia de amor y La era dorada de Dior Made in Venezuela.
Vale destacar que, tratándose de un personaje como Marianella Salazar, venezolanidad y caraqueñidad tiñen, con mucha chispa y simpatía cada episodio vivido y ahora compartido en narraciones verdaderamente cautivantes, casi todos contados desde la intimidad de su casa.
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