Este lunes 26 de septiembre, la presentación del tercer informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de la ONU estableció la cadena de mando que viola los derechos humanos y comete crímenes de lesa humanidad en el país. Como cabecilla de tan funesto grupo identificaron a Nicolás Maduro, quien da las órdenes a los jefes máximos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional en persona o por teléfono, nunca por escrito. Pero los testimonios de víctimas, familiares y exfuncionarios de estos organismos, que han servido para documentar más de 120 casos, son material suficiente para advertir que ni el sucesor de Chávez ni sus cómplices podrán escapar de la justicia internacional. Es cuestión de tiempo o de que ocurra un suceso natural.
En consecuencia, Maduro se aferra al poder apostando todo para seguir ejerciéndolo.
En lo económico, busca mantener la unidad monetaria, el bolívar digital, inyectando dólares semanalmente al mercado cambiario. Al ritmo que lleva, el Banco Central de Venezuela debería inyectar a la banca este año un monto de alrededor de 4.000 millones de dólares para mantener la franja de la tasa de cambio actual. Esto causaría una pérdida de 1.000 millones de dólares de las reservas internacionales en 2022.
La apuesta por incrementar las exportaciones de petróleo a 830.000 barriles por día promedio año ha fracasado. Los ingresos petroleros son insuficientes para financiar la política cambiaria por el estancamiento de la producción y la reducción reciente de las cotizaciones del crudo, si se considera que el régimen de Venezuela vende un crudo sancionado, no de óptima calidad y con fuertes descuentos.
La necesidad de divisas es tal que el gobernante chavista no ha enviado crudo a Cuba en estos 25 días de septiembre, según TankerTracker.com, porque no obtiene ni euros ni dólares. Exportó a China (329.000 barriles/día) y Malasia (36.000 barriles/día), lo que permitió un ingreso estimado de 575 millones de dólares en 60 días, según cálculos de Inter American Trends.
Para subsanar la situación cubana y venezolana, el régimen de Vladimir Putin ha enviado 1.450.000 barriles de petróleo a la isla este mes, de acuerdo con TankerTracker.com.
Ante esta realidad, Superbigote apuesta todo ―entrega la soberanía petrolera de Chávez― a cambio de la licencia que supuestamente va a otorgar la administración de Joe Biden a la gigante petrolera Chevron, que le representará recibir de inmediato el adelanto de 50% de los ingresos (alrededor de 230 millones de dólares) por la exportación y la explotación de los activos de las Empresas Mixtas. Y 30 días después el resto. Así podría seguir con la estrategia de intervención cambiaria, inyectando dólares a la banca para controlar el tipo de cambio. Y continuaría manejando los ecosistemas socioeconómicos. Una apuesta que le facilitaría seguir en el poder.
La otra es poder usar los 5.100 millones de dólares asignados al país por el Fondo Monetario Internacional en agosto de 2021. Su disponibilidad depende de que el interinato y el régimen de facto se pongan de acuerdo en la utilización. Esta reserva podría tener como único objeto coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional mediante la compensación de desequilibrios entre los ingresos y egresos de divisas del país.
Esta opción sería también viable si el interinato termina su mandato. Este escenario es probable porque varios dirigentes de los partidos que lo integran no consideran que debería continuar en 2023.
Los 5.100 millones de dólares del FMI proporcionarían las divisas para mantener las “burbujas” que ayudarían a Maduro a continuar en el poder.
En lo político, el presidente del PSUV apuesta a la normalización de las relaciones internas e internacionales. Sobre todo, con Gustavo Petro en Colombia. El eje Bogotá-Caracas es fundamental para lograr la “paz total” que tanto anunció en campaña el exlíder del M-19. Y en el caso del designado por Chávez para sucederlo continuar obteniendo los aportes cercanos a los 1.900 millones de dólares provenientes de la red de corrupción y sus actividades asociadas al contrabando de combustible y otros rubros. También los 1.800 millones de dólares por la venta ilegal de oro, diamantes y coltán; y los 4.919 millones que produce el tráfico de drogas en el territorio nacional.
Necesita que las actividades ilícitas desarrolladas por el ELN, las FARC, las bandas criminales, carteles de la droga a lo largo de la frontera colombo-venezolana sigan operando bajo el paraguas de la paz al mejor estilo mexicano: abrazos, no balazos.
Los montos provenientes de los negocios ilícitos representan 20% del tamaño del PIB del país en 2022, calculado en 49.086 millones de dólares, según el FMI.
La economía ilícita aporta un cuarto de la actividad económica. Necesaria para mantener las bandas criminales que aseguran “la paz y gobernabilidad” donde operan.
Por lo tanto, el plan de paz total de Petro proporcionaría la estabilidad que requiere Maduro para seguir en el poder.
En conclusión, Nicolás Maduro apuesta todo para que se congele el proceso judicial de los crímenes de lesa humanidad; se dé la licencia a Chevron; se interrumpa el interinato y se alcance el proceso de paz total en Colombia, para seguir siendo la cabeza de la organización criminal. Pero después del demoledor informe, quizás necesite más que superpoderes para lograr todo lo que desea.
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