1 July 2012
Buena para el comandante, quien ocupa el primer lugar, por ahora. Arranca muy bien posicionado el gobernador. ¿Quién ganará las elecciones de este clásico presidencial? Nadie puede predecirlo. Las encuestas de hoy reflejan lo que ha pasado hasta el momento de realizarlas. Sirven como un elemento en la campaña de quien aparezca de primero porque provoca el efecto del voto a ganador. A algunos no les gusta perder el voto y tienden a votar por el favorito. Sin embargo, también producen un efecto contrario, la abstención de los seguidores de quien va de primero porque no sienten el temor de perder, ni la necesidad de votar “porque ya ganaron”.
La campaña comienza hoy y termina los primeros días de octubre. En estos tres meses y tres días todo va a pasar. Los ejemplos son múltiples, cuando Chávez comenzó su primera campaña presidencial, tenía apenas el 3 % del electorado, la gran favorita era Irene Sáez, quien al final se desplomó y el comandante ocupó su lugar. Manuel Rosales cuando emprendió su candidatura tenía menos del 10 % y aunque perdió, subió más de 30 puntos en tres meses. Capriles parte con más del 30 % de intención de voto y tiene considerable menos rechazo que Rosales. Las estrategias recién se estrenan y las veremos aplicar en estos 90 días. Los efectos de ellas se harán sentir. Los errores también. El oficialismo no puede equivocarse porque tiene más que perder. Impedir que 23 mil venezolanos no voten en Miami es un desliz. No calcularon el efecto familia de estos ciudadanos. ¿Cuantos familiares votarán en Venezuela en contra de Chávez para pasar factura por este atropello? Activar la multa a Globovisión no suma votos sino resta. Agredir a la familia de Rocío San Miguel, ilustre defensora de los derechos humanos en Venezuela, quita simpatía al gobierno. Insultar al candidato opositor en los medios gubernamentales solamente demuestra debilidad del oficialismo. Si este tipo de pifias se siguen sucediendo no le auguramos al candidato-presidente aumento en las encuestas. De hecho, aunque aparezca punteando, está estancado y ya no sube más. No obstante, reconocemos la fortaleza de Chávez y su esfuerzo y empeño para ganar la contienda. Lo cual puede ocurrir, dado el masivo apoyo mediático del cual dispone, y de no presentarse un percance que ponga en duda su capacidad física y mental para gobernar, durante el próximo período.
Capriles, por su parte, está menos comprometido. Lo único que le puede pasar es que suba y arrastre cada vez más votantes y respaldos. Sus visitas a las ciudades, estados y municipios van- inexorablemente- a mover las encuestas. Muchos ni-nis, y parte del chavismo light puede llegar a votar por el joven candidato. Su impacto en cada localidad, el boca a boca, las alocuciones en las radios regionales y comunitarias, se van a notar. No siendo gobierno, y ausente de su responsabilidad de gobernador, corre menos riesgo de desacierto.
No podemos vaticinar si Capriles en tres meses podrá remontar la cuesta y alcanzar y pasar a Chávez, pero es probable que ocurra.
El día de las elecciones será difícil. Nadie tendrá la certeza del triunfo hasta que se cuenten los votos. Dependerá de la eficiencia de las maquinarias electorales de las dos parcialidades, de la abstención, de la movilización de la militancia y de los simpatizantes y del cuido de los votos. El 7 de octubre será el día de las verdades, y uno de los dos candidatos tendrá que reconocer que el otro ganó. Punto clave para seguir conviviendo en paz, todos los venezolanos.
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