1.- María Corina Machado ha subido de categoría: ya no es sólo la candidata elegida por el pueblo. Ha sido elevada a líder de los venezolanos. Encarna ahora el sentimiento popular de cambio radical y profundo. Ha llenado el vacío de liderazgo del cual adolecía la oposición.
Ya no existe el vacío de liderazgo. María Corina lo ha llenado. Por este motivo sería invencible en la elección presidencial.
2.- Consciente de que María Corina vencería en la elección presidencial, Maduro trata de impedir que ella pueda inscribirse como candidata. Le tiene pavor. Nunca pensó que una mujer sería su perdición. Por eso le huye como el diablo al agua bendita.
3.- Primero Maduro se le escondió a María Corina detrás de un monigote suyo: el Contralor General. Le sonó por lo de General y como General lo utilizó para intentar cerrarle el paso. Entonces el General Contralor, que así debía llamarse, dictó una orden militar: “cerrado el paso a María Corina por órdenes superiores.” No importan Constitución ni leyes. General es Jefe, y Jefe es Jefe aunque tenga cochochos. Así se decía antes. Y sucedió que María Corina no le hizo caso. Usted sabe lo que significa que una mujer no le haga caso a un General. Esa mujer no sabe lo que es un General arrecho. Entonces el General Contralor llamó a uno más servil a Maduro y le encargó: haciéndote el pendejo pasa por la oficina de mi subalterno y le preguntas, como quien no quiere la cosa, ¿no tendrás guardado por casualidad un oficio en el cual se mencione a esa mujer llamada María Corina?” Y, desde luego, el subalterno advertido por el General Contralor le respondió: “casualmente revisando unos papeles viejos vi un oficio sobre ella que estaba archivado, aquí lo tienes.” Salió el servil y cobró por pregonar la noticia imitando esta canción: “por andar agachadito mira lo que me encontré, una guayaba madura picada por un cristofué.” La guayaba era la inhabilitación inconstitucional de María Corina.
4.- De nada sirvió la treta. María Corina insistió. Entonces Maduro dejó el asunto en manos de su mujer, quien decidió ascender al General Contralor a General de División-Comandante del CNE con autoridad soberana en la alcabala de paso de las candidaturas. Y para mayor seguridad preparó esta maniobra: convino con los mayores colaboracionistas e intrigantes, que son Rosales y Ramos, en darles dos puestos en el CNE a cambio de votar para cerrarle el paso a María Corina. Convinieron además en que, para subsanar el error jurídico cometido por el General Contralor, dictando una inconstitucional inhabilitación, meterían en el Acuerdo de Barbados, valiéndose de sus testaferros, que María Corina debía recurrir al ilegítimo TSJ de Maduro. La trampa consistía en que si no recurría perdía por no haberlo hecho y si recurría perdía de todos modos con una sentencia de encargo en contra. Y así sucedió.
5.- Siguiendo con la estrategia de engaño y sorpresa, como lo enseñan los grandes estrategas políticos y militares, María Corina no se ha detenido por el cuento de la inhabilitación sino ha continuado movilizando al pueblo venezolano en la calle. Y ASÍ DEBE SEGUIR. La movilización es fundamental porque va convirtiendo al pueblo en EJÉRCITO CIVIL: los recluta, los adoctrina, los organiza y los va dotando de dirección a todos los niveles. Conscientes de que, haciéndolo como hasta ahora, todo desembocará en el final buscado. Con el lema: HASTA EL FINAL, vale decir, HASTA LA VICTORIA.
6.- Estando en desarrollo estos acontecimientos sucede el cruel asesinato del Teniente Ronald Ojeda, haciéndose público los antecedentes: su rebeldía ante la corrupción de la jerarquía militar de la narcotiranía que nos ha impuesto Cuba. Con este crimen Maduro ha cometido dos errores. El primero: HA REVELADO AL PUEBLO VENEZOLANO QUE TODAVÍA EXISTE UNA RESERVA MORAL EN LAS FUERZAS ARMADAS. Hay en sus filas jóvenes como el ajusticiado, patriotas y honestos, que constituyen el mayor peligro para la narcotiranía. Se agregan a lo que ya sabíamos: la mayoría de los presos políticos son oficiales superiores que, como el General Hernández, forman también la reserva moral de la FAN. De allí la crueldad con que se los trata pretendiendo infundir miedo, olvidando la sentencia bíblica: el que a hierro mata, a hierro muere. El segundo error: con la crueldad extrema (recordemos 2014-2017) Maduro ha hondado el abismo que lo separa del pueblo venezolano, que lo aborrece, poniendo así la situación en el punto de que bastaría una sola chispa para que explote la ira popular. Está regando gasolina en lo que arde ya tentando su suicidio político.
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