Los expertos consideran que el triunfo de Lula Da Silva en Brasil es negativo para la “democratización” de Venezuela y se convierte en una figura que podría colaborar en la “normalización y estabilización” internacional del gobierno de Nicolás Maduro.
El triunfo de Luiz Inacio Lula Da Silva en las elecciones presidenciales brasileñas podría tener implicaciones negativas para la “democratización” de Venezuela, y significa un “reacomodo regional”, donde la izquierda “dura” vuelve a tomar fuerza, coinciden politólogos que recuerdan el pasado de Lula y su alianza con el fallecido presidente Hugo Chávez.
Consultado por la Voz de América, el politólogo y director estratégico de la consultora Politiks, Enderson Sequera, estima que, al igual que el presidente Gustavo Petro de Colombia, Lula centrará su relación con Venezuela en el tema económico e “ignorará” la situación de los derechos humanos.
“Los venezolanos podemos tener una certeza: Lula no será un aliado para la causa por la democracia y la libertad en Venezuela”, afirmó.
Otro politólogo, Pedro Urruchurtu, subraya que el gobierno venezolano pasa de estar “aislado” a ser nuevamente “abrazado” por Petro y Lula Da Silva en Brasil.
Urruchurtu, también coordinador de Asuntos Internacionales de Vente Venezuela y la Red Liberal de América Latina (RELIAL), considera que el gobierno de Maduro busca interlocución y reconocimiento internacional, y lo intentará a través de Brasil y Colombia.
“Que Lula sea más frontal o menos frontal, que sea más moderado o no dependerá también de sus propias presiones internacionales y geopolíticas, y sus necesidades de inserción en el mundo de sus aliados, pero sí tenemos que prepararnos para que el régimen venezolano sea mucho menos condenado ahora que está Lula en el poder y eso, desde luego, tiene implicaciones porque podemos quedarnos solos”, explicó a la VOA.
El también politólogo y profesor de la Universidad Monteavila Víctor Maldonado añade que es importante evaluar cómo Lula “administra” algunos temas, entre ellos la “destrucción del Amazonas”, propiciada por el gobierno venezolano en el Arco Minero, y el “calentamiento de esa zona del país, infestada de narco-guerrilla y delincuencia organizada”.
Además, destaca, habrá que conocer su posición respecto a la “presencia de otras potencias y sus intereses en el sur de Venezuela”, fronterizo con Brasil. Otro punto álgido, considera, es la corriente de migración venezolana y las tensiones que genera, sobre todo en el corredor norte de Brasil.
Pero la capacidad de influencia regional de Lula Da Silva, agrega el consultor político Luis Toty Medina Gil, dependerá de la estabilidad propia a lo interno de Brasil, un país “dividido” en dos partes “iguales y confrontadas”.
Lecciones para la oposición
La derrota electoral del mandatario brasileño Jair Bolsonaro, uno de los últimos presidentes que lideraba el Grupo de Lima, una coalición regional de gobiernos que apoyaba a la oposición venezolana en su intento de buscar una salida negociada a la crisis que vive Venezuela, es considerada una “baja” para la oposición venezolana en el extranjero.
La oposición, opina Sequera, queda “aún más debilitada en su apoyo internacional”, tras recordar que Bolsonaro, uno de los mandatarios que reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, fue un aliado firme de la oposición.
“Con la victoria de Lula celebran en Miraflores. Maduro gana un aliado, la oposición pierde un aliado. El continente parece haber aceptado que el chavismo continuará en el poder y no veo muestras de que quieran retomar la máxima presión contra el régimen”, expone.
Para Toty Medina Gil, también fundador de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (AVENCOPOL) y CEO de la consultora Poliestrategia, se trata de una lección para la clase dirigente política venezolana que “debe aprender” a contar “consigo misma sus activos, esfuerzo y capacidad de acción interna”.
“Los aliados internacionales, los aliados externos pueden colaborar, ayudar en su momento, pero el principal activo con el que cuenta la fuerza democrática venezolana es con su capacidad de presionar internamente, de movilizar a la mayoría social, convertirla en una mayoría política activada y lograr que se transforme en una mayoría electoral”, comentó a la VOA.
¿Rol en un proceso de negociación?
Para Maldonado “es demasiado temprano” saber si Lula podría jugar un rol en el proceso de negociaciones que lleva adelante Maduro, sin embargo, asegura que es claro que Lula se siente “muy cómodo apadrinando negocios bilaterales que nunca convinieron a Venezuela”.
“Eran negocios entre ellos, para favorecer los intereses del Foro de Sao Paulo. Con esto quiero decir que su prioridad siempre estuvo muy clara: primero los negocios y luego la política. Y en ningún sitio el bienestar de Venezuela. Su relación fue extractiva. Un actor más de los caza-renta. Ahora, en este mandato, veremos si hay cambios en su agenda estratégica”, expone.
Urruchurtu concuerda en que habrá que esperar un poco más, pero considera que el rol dependerá de Estados Unidos que, recuerda, no tenía una buena relación con Bolsonaro.
“Ya no es una figura incómoda para actores como Biden, le permite tener una mejor relación con la región y esto se va a traducir en que EEUU podría delegar, como ya lo hizo Obama, en Brasil, su interlocución con América Latina lo que sería un error garrafal”, manifiesta.
Sin embargo, Sequera ve muy poco probable que, en este tercer gobierno, Lula Da Silva ponga la diplomacia brasileña a jugar un rol a favor de la democratización en Venezuela.
“No lo veo pasando de algún comunicado tibio o algunas condenas leves y genéricas. Por el contrario, Lula podría terminar inclinando la balanza de una región predominantemente de izquierda para que hagan la vista gorda con el caso venezolano y acepten la hegemonía chavista para las próxima décadas”, dice, tras recordar cómo en el pasado Lula se involucró en negociaciones donde estaba presente el chavismo.
Intereses
El economista Víctor Álvarez asegura que el triunfo consolida un “nuevo orden político” en América Latina y estima que el hecho de que Venezuela tenga vecinos distintos al Grupo de Lima, permitirá “reconstruir las cadenas de suministro que se destruyeron con las sanciones y reinsertar a Venezuela en las cadenas de valor latinoamericanas”.
“Todo esto dará un nuevo impulso al crecimiento económico en el país que ya ha sido pronosticado por el Fondo Monetario Internacional y la Cepal. Solo falta que se concrete el acuerdo entre la Casa Blanca y Miraflores para flexibilizar las sanciones y recuperar el mercado petrolero estadounidense”, dijo Álvarez.
A juicio del economista, debido a los estragos que está causando la crisis en Ucrania en los precios de la energía y los combustibles, “garantizar el suministro de petróleo venezolano pasa a ser un asunto de mayor importancia estratégica para EEUU”.
“En el contexto de este nuevo orden económico latinoamericano, Biden y Maduro se sentarán a fumar la pipa de la paz”, prevé.
En tanto, el presidente Nicolás Maduro anunció que sostuvo una conversación telefónica con Lula Da Silva, con quien, según dijo, acordó retomar la agenda binacional de cooperación.
“El presidente @LulaOficial envió su saludo y compromiso a todo el pueblo venezolano. Tenemos la voluntad de trabajar duro por el fortalecimiento de América Latina y el Caribe y por el desarrollo económico y social de nuestros pueblos”, escribió Maduro en Twitter el lunes por la tarde.
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