top of page

¿Quién devora a quién?

Foto del escritor: Máximo Rondón AguirreMáximo Rondón Aguirre

Imagen generada por DALL·E. Inspirada en "Saturno devorando a su hijo" de Francisco de Goya. 
Imagen generada por DALL·E. Inspirada en "Saturno devorando a su hijo" de Francisco de Goya. 
Estas líneas han sido escritas con ayuda de una inteligencia artificial. Y ya imagino a los puristas frunciendo el ceño. Pero antes de que empiece el linchamiento, pregunto a viva voz: ¿la inteligencia artificial es realmente tan diferente a cualquier otra herramienta que hemos adoptado a lo largo de la historia?
Hubo un tiempo en el que la escritura solo se concebía con pluma y tinta. ¿Desdeñamos en su día por a las ruidosas máquinas de escribir y luego el ordenador? Dentro de unos años la inteligencia artificial será tan común que la polémica actual nos parecerá absurda.
Sin embargo, hay quienes ven a la IA como una amenaza, un golpe a la creatividad. Dicen que nos convierte en meros operadores de comandos. Pero, ¿qué es la creatividad sino un diálogo con lo que nos rodea? ¿No hemos construido siempre nuestras ideas sobre los cimientos de otros? 
La frontera entre lo humano y lo tecnológico es difusa. Nos encontramos en un territorio inexplorado, donde la clave no es solo lo que la IA puede generar, sino las preguntas que le hacemos. Porque, como dijo algún iluminado (o iluminada, no lo recuerdo), las buenas preguntas valen más que las respuestas. Y si nuestras preguntas son pobres, el resultado será mediocre.
Pero aquí surge la verdadera cuestión: ¿soy yo quien usa la inteligencia artificial, o es ella quien me usa a mí? ¿Soy el creador que la moldea con mi visión, o me estoy dejando devorar por su lógica impersonal? Me aprovecho de su potencia, sí, pero… ¿no será ella la que, poco a poco, nos consume a todos, como Saturno devora a sus hijos en la aterradora imagen goyesca?
Hay algo inquietante en el resultado. La IA puede producir textos técnicamente impecables, estructurados, lógicos. Pero… les falta algo. No hay alma. No hay duda ni contradicción. No hay alma.
¿Podrá la inteligencia artificial llegar al punto de conectar con las emociones más profundas del lector? ¿O siempre será un reflejo vacío, un eco sin esencia? Quizás la verdadera pregunta no es si debemos usarla o no, sino cómo evitar que nos convierta en meros repetidores de su fría eficiencia.
Al final, la escritura no es solo palabras en un papel (o en una pantalla). Es el eco de una voz que quiere decir algo único. Y por ahora, por más brillante que sea su ejecución, la inteligencia artificial sigue sin tener una voz propia.
O quizás… solo está esperando que bajemos la guardia.

1 Comment


jonesnatelye
hace 3 días

La historia de la escritura es la historia de la adaptación. Pluma, máquina de escribir, ordenador… cada avance generó resistencia antes de volverse indispensable. La IA seguirá el mismo camino: hoy debatimos su impacto, mañana será tan cotidiana como un teclado. Como en Geometry Dash, el cambio es cuestión de ritmo y adaptación. ¿La clave? Aprender a usarla sin perder la esencia de nuestra creatividad.

Like

21

¡Gracias por suscribirte!

Suscríbete a nuestro boletín gratuito de noticias

Únete a nuestras redes y comparte la información

  • X
  • White Facebook Icon
  • LinkedIn

© 2022 Informe21

bottom of page