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Foto del escritorEnrique Rondón Nieto

¿Qué son los BRICS y por qué Nicolás Maduro se les quiere unir?


Maduro gestionó en China la incorporación de Venezuela al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS. Foto: @NicolasMaduro

El presidente Nicolás Maduro gestiona personalmente en China la incorporación de Venezuela a un bloque geopolítico relativamente joven, de pocos miembros y no alineado con los intereses de naciones occidentales, conocido como los BRICS.


La Voz de América ahonda en las características de esa alianza, que recién acordó su ampliación a 11 integrantes, y revisa las razones de Maduro para sumarse a un mecanismo afín a sus aspiraciones ideológicas, políticas y financieras.


¿Qué son los BRICS?


Los BRICS es un bloque bautizado con el acrónimo de sus países fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, este último incorporado en 2010, dos años luego de la formalización del grupo de naciones, en 2008.


Fue la asociación de las que entonces eran consideradas como las cinco economías nacionales emergentes más prometedoras del mundo por los próximos 50 años.


Con rasgos comunes


Las cinco naciones fundadoras de los BRICS tienen varias características en común: grandes poblaciones; territorios enormes en sus continentes; amplitud de recursos naturales; vastas cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y su participación en el comercio global en los últimos 20 años; y son considerados atractivos para la inversión extranjera.


Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica concentran 40 % de la población mundial, 20 % del PIB y producen más de 1 tercio de la producción global de cereales, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


Los BRICS contribuyeron en el último año con 31,5 % del PIB global, mientras que el G7 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) aportó 30,7 %, de acuerdo con una investigación publicada por el centro latinoamericano de estudios económicos Cedetrabajo.


La crítica de su “creador”


El acrónimo BRIC -originalmente sin la "S" final, pues Sudáfrica aún no formaba parte del bloque- se le atribuye al economista británico Jim O’Neill, quien llegó a presidir la firma Goldman Sachs y fue secretario comercial del Tesoro en su país.


El especialista acuñó el término en 2001 bajo la tesis de que “la gobernanza global” debía ajustarse para incorporar a las economías emergentes más grandes del mundo.


Fue 5 años después del estreno del término cuando los cancilleres de los BRICS se reunieron en la ONU, en Nueva York, para darle vida al bloque.


Entre 2008 y 2009, encuentros de alto nivel sellaron su nacimiento.


O’Neill aclaró que su planteamiento original no era “una tesis de inversión” en los BRICS, ni un apoyo a sus naciones fundadoras como parte de “un grupo político”.


“Desde que los Ministros de Relaciones Exteriores de Brasil y Rusia propusieron la idea de crear una agrupación política formal BRIC en 2009, he cuestionado el propósito de la organización, más allá de significar un gesto simbólico”, escribió O’Neill en un artículo publicado a finales de agosto.


Resultados por verse


Los convenios de los BRICS no se han traducido “en vinculaciones económicas muy estrechas ni proyectos creativos” tangibles entre sus miembros, observa el analista y articulista de asuntos internacionales, Félix Gerardo Arellano.


El bloque se ha posicionado en años recientes como “una opción alterna y rupturista” de corte político e ideológico contra las tradiciones económicas occidentales, apunta.


Los BRICS no han fijado reglas de comercio ni concretado proyectos de desarrollo industrial entre sus integrantes, comenta Arellano a la VOA.


Su mayor fruto es el Nuevo Banco de Desarrollo, con sede en China, que busca facilitar transacciones entre los miembros sin imponer condiciones políticas. Nació en 2015 con la aspiración a ser una alternativa al Banco Mundial.


Su expansión


Los BRICS invitaron en su cumbre de agosto a seis países para que formen parte del bloque. Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se sumarán como miembros plenos a partir del 1 de enero de 2024.


Luego de la de Sudáfrica en 2010, sería la segunda expansión del bloque.


El grupo de naciones ha subrayado que sus 11 miembros representarán desde 2024 39 % de las exportaciones petroleras mundiales y 47,6 % de la producción mundial total de crudo.


Hasta agosto, 40 países manifestaron su voluntad de pertenecer al grupo y 23 expresaron formalmente su interés, precisó Sudáfrica, que este año ocupa la presidencia rotatoria de los BRICS.


O’Neill, el autor del acrónimo, criticó en un artículo que las nuevas incorporaciones no se hayan decidido según razones meramente económicas.


El especialista también advirtió que, si bien China se ha reafirmado como la segunda economía del mundo y la India ha crecido “rápidamente”, ninguno de los otros BRICS ha tenido un desempeño tan bueno como este par de naciones fundadoras.


“Brasil y Rusia representan aproximadamente la misma proporción del PIB mundial que en 2001, y Sudáfrica ni siquiera es la economía más grande de África”, apuntó.


La esperanza de Maduro


Venezuela aspira a incorporarse al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, una diligencia que ha gestionado en su viaje a China el presidente Nicolás Maduro y, días antes, su vicepresidenta, Delcy Rodríguez.


La incorporación de Venezuela a esta entidad financiera de las economías emergentes será “modesta, pero significativa”, explicó el mandatario desde China.


Ese paso, opinó Maduro, permitirá a su gobierno formar parte de “la nueva geopolítica mundial” y dejó entrever que abrirá el camino de una incorporación total al bloque.

“Tengo la certera esperanza de que muy pronto Venezuela ingresará a los BRICS como miembro completo”, expresó el mandatario en su programa semanal.


Según Dilma Roussef, presidenta del banco de los BRICS, esa institución está pensada justamente para “los países en desarrollo”.


El gobierno de Maduro afirma que su economía creció 15 % el año pasado y prevé que aumentará más de 5 puntos en 2023. Sin embargo, expertos independientes advierten que el PIB nacional cayó más de 80 puntos entre 2014 y 2022.


¿Qué busca Venezuela?


Luis Angarita, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, recuerda que el gobierno de Maduro “ha luchado” por lograr reconocimiento internacional desde 2019, cuando 60 naciones lo desconocieron como mandatario legítimo y apoyaron como tal al líder opositor Juan Guaidó.


Ese (reconocimiento) es el mayor premio que conseguiría al ser aceptado como miembro de este grupo de países”, analiza en conversación con la VOA.


Valora que los BRICS es una alianza de países que “coinciden en una misma política exterior” y que “se enfrentan a la ortodoxia del sistema económico mundial”.


El martes 12 de septiembre, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que se está gestando un nuevo modelo de cooperación global como alternativa a lo que llamó “la destrucción del sistema financiero” tradicional de occidente.


Arellano, por su parte, coincide en que “el principal beneficio para Maduro es político, ideológico y geopolítico” para superar la fase de su desconocimiento como mandatario, respaldada por sus opositores en Venezuela y por Washington.


Paradójicamente, los miembros originales de los BRICS quieren “una buena relación” con Estados Unidos, acota.


El analista subraya que Maduro no ha necesitado de los BRICS para tener el “apoyo” de India, Irán o Rusia frente a las sanciones económicas extranjeras.


En su comunicado final de la cumbre de agosto, de 94 puntos, los BRICS expresaron su preocupación por “el uso de medidas coercitivas unilaterales”, como Maduro suele referirse a las sanciones económicas de Estados Unidos.


Tomado de VOA

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