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Foto del escritorVladimir Gessen

¿Se está recuperando o muriendo el Presidente?

7 December 2012

Vladimir Gessen, Thaelman Urgelles y Alfredo Sánchez, editorialistas de El Diario de Caracas, ofrecen sus distintos puntos de vista acerca de la salud presidencial, el tema -sin duda- más candente del momento por sus consecuencias políticas en el destino de nuestro país...

¿Creen ustedes que el Presidente se recupera de su enfermedad?

-Vladimir Gessen: El cáncer es una enfermedad que no se puede dar por curada hasta después de cinco años de remisión. En el caso del presidente han existido metástasis y recurrencia, lo cual nos indica que no existe remisión ni recuperación. Por ello de lo que podemos hablar es del tiempo útil de vida. Deseamos que sea lo más prolongado posible.

-Thaelman Urgelles: No lo creo. Desde que se declaró la enfermedad del presidente, era evidente que sus posibilidades de recuperación eran pocas. Pese a la opacidad informativa que establecieron los gobiernos venezolano y cubano, lo que se observaba a simple vista y lo que podía filtrarse de lo poco que se informaba, daba cuenta de una dolencia cancerígena en un estado más avanzado que el inicial. En aquel momento, Chávez tuvo la opción de dedicarse por entero a restablecer su salud, lo cual le hubiese permitido prolongar su vida unos cuantos años, pero él optó por la vocación de poder y se dedicó al enorme esfuerzo de ganar las elecciones de octubre de 2012. Creo que allí selló su destino, lo cual será su mayor aporte a la conformación de la leyenda histórica que él está tratando de conformar alrededor de sí. Estaba cantado, tal como lo dijeron respetables médicos y analistas, que un desenlace así se iba a producir más temprano que tarde. Creo que estamos cerca de eso.

-Alfredo Sánchez: El Presidente hace su mejor esfuerzo, pero es obvio que el secretismo alrededor trata de ocultar algo más. No es un problema de pudor o privacidad. Para Chávez es un asunto de Estado estar fuerte y aparentarlo. Todo indica que ya no puede hacerlo, aunque hasta hace poco lució físicamente bien. El cáncer es una enfermedad terrible para algunos, pero para otros, y especialmente para los que se sanan, es más bien una oportunidad de expandir la conciencia, superar la rigidez del Yo y trascender los límites.

-¿A qué atribuyen la falta de información acerca de su salud?

-Alfredo Sánchez: Pudiera ser tanto a la gravedad del pronóstico como a su propio estilo autocrático.

Vladimir Gessen: La extinta Unión Soviética puso de moda que las enfermedades de los gobernantes fueran un secreto de estado. También muchos dictadores y autócratas a lo largo de la historia lo han preferido así. Fidel Castro y Hugo Chávez han seguido este camino. En los países democráticos, por regla general, los gobernantes cuando se enferman le informan a sus electores su estado de salud, incluyendo a juntas médicas que informan al detalle la dolencia del mandatario. Creo que los ciudadanos debemos conocer las capacidades de quienes nos gobiernan, sobre todo cuando sentimos que existe un vacío de poder.

-Thaelman Urgelles: Los gobiernos que se conciben a sí mismos como “revoluciones” no se sienten llamados a cumplir con las reglas usuales de la institucionalidad democrática. Para ellos la acción política y del Estado debe estar supeditada a la subversión de todo orden establecido. De ese modo, todo episodio de batalla queda supeditado a la conveniencia de la “revolución”. Por otra parte, este gobierno posee un origen y concepción militarista, por lo que su accionar se desenvuelve dentro de los términos de la estrategia de guerra. Una de las reglas fundamentales de esa estrategia es impedir que el “enemigo” conozca tu posición; y en un juego como éste, la salud del líder o comandante de tus ejércitos es una información crucial para el conocimiento de la propia posición, el equivalente a que se sepa cuántos soldados tienes, cuántos son tus cañones y dónde están desplegados. Por eso no informan.

-De prolongarse la ausencia del Presidente, ¿qué escenarios se pueden preveer en los próximos días?

Vladimir Gessen: Pienso que el presidente va a hacer una breve aparición pronto y luego suponemos que antes de las elecciones hará algo para promover a sus candidatos a las gobernaciones. De no hacerlo, estimaríamos que su estado de salud sería precario, grave.

-Thaelman Urgelles: El presidente se convenció hace varios meses de que su enfermedad es terminal y que le queda poco tiempo de vida. Lo ocultó magistralmente para llegar entero a la elección presidencial, aunque las fuerzas no le dieron para contribuir con un avasallador triunfo regional. Fue convencido de que lo más conveniente es que él mismo organice y encabece una sucesión ordenada, al modo en lo que hicieron Fidel y Raúl en Cuba, para evitar el predecible caos institucional y político que sobrevendría en caso de una repentina muerte de quien ha tenido un peso específico tan absoluto sobre toda la vida nacional. Creo que ya Chávez eligió a su sucesor –al parecer Nicolás Maduro- y que él y el PSUV se disponen a efectuar su propia renuncia para que se produzcan nuevas elecciones. Para ello confían en un resultado muy favorable en las regionales, el cual aumentaría la moral de sus propias filas y generaría mayor desconcierto y desorganización en las filas opositoras.

-Alfredo Sánchez: Yo creo que a pesar de casi tres lustros tratando de aniquilar la democracia, al final se impondrá el espíritu de convivencia. Los venezolanos conocemos los beneficios del diálogo y de la paz. La democracia está sembrada en el espíritu incluso de los más radicales e intransigentes, como el mismo Chávez.

-¿En qué forma un eventual deterioro de la salud de Chávez podría poner en riesgo la estabilidad de la República?

-Alfredo Sánchez: Yo creo que, al contrario, la inestabilidad es en buena medida producto del exceso de salud del Presidente.

Vladimir Gessen: Si se siguen los pasos señalados en la Constitución no habría espacio para la inestabilidad. El problema es que alguien quiera darle un palo a la lámpara. No obstante, estoy convencido que la Fuerza Armada obligará a ceñirse a lo pautado en la Carta Magna. No hacerlo podría provocar escenarios muy peligrosos, como los ocurridos primero en Libia y en el presente en Siria. Confío en el buen juicio de los ciudadanos de uniforme.

-Thaelman Urgelles: Si el presidente fallece o queda inhabilitado antes de que pueda encabezar un proceso ordenado de sucesión –sea con Maduro o con Capriles, si este repite como abanderado de la MUD- el escenario será el de una gran confusión en las filas revolucionarias, en todo el aparato del Estado y también en la oposición. Si Fidel no hubiese sobrevivido el tiempo que logró luego de su primera gravedad, pienso que Raúl Castro no hubiese podido controlar los demonios que se hubieran desatado en Cuba a causa de tan pesada ausencia. Y eso que Raúl tenía, al igual que su hermano, al país y a las Fuerzas Armadas en un puño, lo cual no puede decirse de ningún otro dirigente chavista. Pienso por ello que la muerte repentina o pronta de Chávez daría lugar a un escenario muy peligroso para la convivencia pacífica y la gobernabilidad del país.

-En el caso de producirse la ausencia absoluta del Presidente, quién estaría más capacitado para mantener la unidad en el bando oficialista?

-Vladimir Gessen: No es un problema de capacidades, sino lo que se ordena en las leyes. Si la ausencia absoluta se da entre hoy y el día que a Chávez le correspondería asumir su tercer mandato, el presidente encargado sería Diosdado Cabello como presidente de la Asamblea Nacional. Si es luego que asuma el nuevo período sería quien esté de Vicepresidente. Todo indica que Chávez podría ratificar a Nicolás Maduro, pero puede designar a su hermano, a su hija u otro dirigente del PSUV como Arias Cárdenas o Elías Jaua, sobre todo si vencen en Miranda o en el Zulia respectivamente.

-Thaelman Urgelles: No tengo una respuesta clara para esa pregunta. Porque en el complejo campo oficialista pueden ser definidos, mediante un esfuerzo máximo de simplificación, por lo menos dos sub-grupos: el sector militar y el sector civil (cada uno con sus variantes). Creo que el sector civil puede ser controlado por Nicolás Maduro, con el apoyo circunstancial de Jaua, Iztúriz, El Aissami, Ramírez, Jacqueline Farías, etc. Y el sector militar podría ser controlado por Diosdado Cabello, con el apoyo de los herederos militares del 4 de febrero y de los generales activos en posiciones de mando. Pero estas son sólo hipótesis, tan hermético es ese mundo para quienes no pertenecemos a él. Y es de suponer que esa simplificada alineación está llena de pliegues, roturas, retorcimientos y vasos comunicantes que sugieren innumerables desenlaces posibles. Por eso es tan importante para ellos que sea Chávez en vida quien dirija ese proceso.

-De ser necesarias nuevas elecciones, ¿quién sería el candidato oficialista?

-Alfredo Sánchez: Si todo esto no resulta una estrategia más de Chávez para ver claramente quiénes están conspirando, el candidato debería ser el que se haga del control de las finanzas del partido y cuente con el apoyo de las bases, lo cual demuestra que los chavistas son, de las especies leninistas, la más parecida a los adecos, por más que ellos lo quieran negar.

Vladimir Gessen: En política no hay nada escrito. Todo puede pasar. Los sucesores políticos deberían ser Nicolás Maduro, Elías Jaua, Arias Cárdenas o Diosdado Cabello. Sin embargo, recordemos que a Fujimori lo heredó políticamente su hija y a Perón su esposa. Así son las cosas en estas tierras “macondianas”.

-Thaelman Urgelles: Si se realizan en vida de Chávez, Nicolás Maduro tendrá la primera opción. A menos que ocurra el milagro de que Jaua derrote a Capriles en Miranda, lo cual le abriría una considerable opción por razones puramente electorales. Si el nombramiento del candidato se realiza en ausencia de Chávez, se acrecentarían las posibilidades de Diosdado Cabello, por aquello del peso que ganarían los militares en medio de la confusión que seguramente reinará.










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