El 20 de octubre de 1955, Susana Duijm se coronó Miss Mundo en Londres, convirtiéndose, no solamente en la primera venezolana en obtener un título internacional de belleza, sino también en la única latinoamericana en lograrlo hasta aquel momento. Desde entonces saltó a la estelaridad y cautivó a todos por su espontaneidad, simpatía y sencillez, atributos que formaban parte esencial de su personalidad. Para muchos, fue la más querida y popular de nuestras reinas de belleza. Nacida el 11 de agosto de 1936, estaría cumpliendo hoy 87 años, razón por la cual la estamos recordando.
De padre judío surinamés y madre venezolana, Carmen Susana Duijm Zubillaga, que así era su verdadero nombre, se desempeñaba como secretaria cuando, contra todo pronóstico, ganó el certamen nacional. Los aplausos del público fueron decisivos para que aquella joven de 19 años, 1,74 metros de estatura, ojos café y larga cabellera negra, se alzara con la corona.
Tras competir y quedar entre las 15 finalistas de Miss Universo de aquel año en Long Beach, California, Estados Unidos, recibió una invitación del empresario británico Eric Morley, presidente del Miss Mundo, para participar en ese evento. Con ayuda de amigos y familiares, reunió el dinero necesario para viajar a Londres, donde su llamativa belleza se impuso a la de las otras 19 candidatas.
Tras su reinado, destacó como modelo, presentadora de televisión y locutora, oficios en los cuales brillaba, tanto por su belleza, gracia y simpatía natural, como por su buen hacer profesional.
Al hablar de sus secretos de belleza, la ex miss afirmaba tenerle “terror” a las cirugías plásticas. “Siempre me cuidé de los excesos. El resto, gracias a Dios, creo que es obra de la genética”, dijo a la agencia AP en una entrevista en 2005.
A lo largo de su vida se la relacionó sentimentalmente con muchas figuras de su época, desde el actor estadounidense George Hamilton hasta el dictador Marcos Pérez Jiménez (1952-1958).
“¡Nunca, por Dios, tuve algo con ese señor!”, comentó al respecto. “Esa es una mentira que se inventaron algunos para desacreditar a todos los que en algún momento fuimos homenajeados por Pérez Jiménez a raíz de nuestros triunfos. Sucedió conmigo y con el maestro Billo Frómeta”, expresó aludiendo al músico compositor y director de la Billo’s Caracas Boys, la más relevante orquesta bailable de nuestro país.
Susana tuvo tres hijos, producto de su matrimonio con el publicista argentino Martín Cerruti, con quien estuvo casada durante siete años. Falleció el 18 de junio de 2016, como consecuencia de un accidente cerebro vascular, en la isla de Margarita, en donde vivió sus últimos años.
Su recuerdo continúa tan vigente, que uno de los éxitos actuales del teatro venezolano lleva por título “Déjame como Susana Duijm”, exhibiéndose en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural. Se trata de una tragicomedia teñida de humor negro, cuya trama gira en torno a nueve mujeres inmersas en el disparatado caos que genera el asesinato de un coronel, ocurrido en la misma época en que Susana es electa Miss Venezuela 1955 y posteriormente Miss Mundo en Londres.
Frases y ocurrencias
Conversar con Susana era siempre una delicia. Uno no podía dejar de reír ante los ocurrentes comentarios que disparaba a lo largo de cada diálogo, teñidos de humor y chispa criolla.
Tuve el privilegio de conocerla casi desde mis inicios en el periodismo y de nuestras frecuentes entrevistas o animadas conversaciones de café, he extraído algunas frases que revelan el singular y divertido ser humano que fue:
“Vivir en Margarita ha sido para mí la felicidad más grande del mundo. Aquí he encontrado aire puro, playas bellas, gente simpática y muy especial. A mi isla no la cambio por nada”.
“De no haber sido Miss Venezuela y luego Miss Mundo, estaría por ahí casada, con un montón de muchachos”.
“¿Que si sigo alguna rutina para mantenerme bella? ¡Nooo mi amor! ¡Nada! Más bien el doctor me dijo que la artrosis me había comenzado en la rodilla por no hacer ejercicios”.
“El momento más importante de mi vida fue cuando tuve mis hijos y el más desafortunado cuando me divorcié”.
“Me enfurecen la mentira y la injusticia”.
“Soy sentimental, confiada, llorona, bromista y echada pa’lante”.
“Yo no me arrepiento de nada; ni siquiera de no haber hecho carrera de modelo en el exterior cuando, recién electa Miss Mundo, me lo propusieron en París”.
“Todavía sigo siendo adeca. Lo seré hasta la muerte”.
“No me volví a casar porque no conseguí con quién, creo que los apabullaba”.
¡Eres una star!
Ricardo Tirado, el fallecido historiador venezolano del cine y la televisión, cuenta en su libro “Amores públicos” (Fundación para la Cultura Urbana) la incursión de Susana como estrella de musicales, un episodio poco conocido de su vida:
“Comenzó en México, donde fue contratada para hacer cine. Causó tal impacto que el productor Valentín Pimstein le encargó al norteamericano Albert Freeman una comedia a su medida, que se llamó nada menos que “Las razones de Susana”, que durante seis meses se estuvo presentando en el cabaret Terraza Casino.
"Allí mismo la contrataron para España, para el Teatro Eslava de Madrid, bajo la dirección de la avezada y exigente directora y productora Celia Gámez, otrora gloria sin parangones de la revista musical en ese país. ‘Me puse a llorar -confiesa Susana-. Luego de una semana de ensayos, de subir y bajar escaleras, esta señora se me paró enfrente y me dijo: ‘Ni cantas ni bailas ni actúas ni haces ná. Pero tienes estampa. Eres una star. Además, ¡la mujer más bella del mundo’”.
Comments