El presidente estadounidense, Donald Trump, ha enviado “señales diversas” al gobierno de Nicolás Maduro y a la oposición venezolana en las dos primeras semanas de su segundo mandato en la Casa Blanca, de acuerdo con expertos.
Trump, que ha calificado a Maduro como “dictador” y ha advertido que no necesita su petróleo, autorizó el viaje a Caracas de su enviado especial para Venezuela, Richard Grenell, quien se reunió con el gobernante en el palacio presidencial de Miraflores el viernes 31 de Enero..
El oficialismo recibió el encuentro con beneplácito y dijo haberle plantado al emisario de Trump una “agenda cero” en las relaciones. Grenell, por su parte, retornó junto a 6 estadounidenses detenidos en Venezuela. El presidente norteamericano reveló que el chavismo había aceptado recibir vuelos de deportados en el futuro inmediato.
Esos hechos siguieron a reportes de la prensa norteamericana sobre la revocatoria de la extensión del programa del Estatus de Protección Temporal (TPS) que beneficia a decenas de miles de venezolanos, concretada este lunes 3 de Febrero, y a la renovación automática de una licencia especial que permite a la firma petrolera Chevron operar en Venezuela.
El nuevo gobierno de Estados Unidos ha dado “señales diversas” con respecto a sus relaciones con los actores políticos en Venezuela, opina la analista de relaciones internacionales y profesora universitaria Elsa Cardozo.
Evaluar los pasos de Trump sobre Venezuela es como contemplar una “balanza de dos platillos”, donde diversos hechos y dichos parecen hacer contrapeso a favor de la oposición o en beneficio de Maduro, dice a la Voz de América.
Las señales favorables al antichavismo, que reclama fraude en las elecciones presidenciales de julio, incluyen las críticas públicas del secretario de Estado, Marco Rubio, sobre el gobierno madurista, su reunión virtual con los líderes opositores Edmundo González y María Corina Machado, así como el reconocimiento de González como “presidente electo” de Venezuela.
Su invitación a la investidura presidencial de Trump y la designación de funcionarios críticos de Maduro en puestos clave en la Casa Blanca, el Departamento de Seguridad Nacional y la Secretaría de Estado también alientan a la oposición, según Cardozo.
En esa misma línea interpreta la aclaración del enviado especial de Trump para Latinoamérica, Mauricio Claver-Corone, de que Richard Grenell no viajaba a Caracas a negociar, sino para transmitir “un mensaje inequívoco” de EEUU sobre la deportación de venezolanos y la liberación de ciudadanos estadounidenses.
Cardozo dice observar, sin embargo, una “inusual discreción” de Trump cuando se refiere públicamente a sus posturas sobre Venezuela.
“No termina de estar clara su manera de mirar a Venezuela”, menciona, sin descartar que la Casa Blanca “combine” estrategias que pudieran interpretarse como favorables a uno u otro actor político en el país suramericano.
Según la experta, Trump ha demostrado que “sí le importa mucho” América Latina, como lo refleja la inmediata visita del secretario de Estado Rubio a 5 países de la región.
“Es necesario mirar a largo plazo los dos platillos de la balanza”, insiste. Por ahora, añade, pareciera prevalecer “la política realista y la realidad transaccional de Trump”.
Negociaciones con fuerza
Trump “está negociando desde una posición de fuerza” y busca “arrodillar a su contendor”, como ha demostrado en sus relaciones con Colombia, México y Canadá, de acuerdo con la experta en relaciones internacionales Beatriz De Majo.
La misma semana de la investidura de Trump, Colombia aceptó recibir vuelos de ciudadanos deportados desde EEUU después de que la Casa Blanca anunciara amplias sanciones de visado y alza de aranceles a las importaciones de productos colombianos.
Este lunes, Estados Unidos y México acordaron una pausa de un mes a los aranceles de 25 % a los bienes importados desde territorio mexicano que habían sido impuestos por el presidente Trump y que incluyen también mercancía importada de Canadá.
En los primeros días de su segunda presidencia, “Trump actúa muy rápidamente, exagerando” en decisiones y declaraciones para obtener reacciones favorables como las de los presidentes Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum, aprecia De Majo.
No ocurre así en sus negociaciones con China, una nación clave en las importaciones de múltiples productos, como juguetes, textiles, deportivos y electrónicos, subraya.
“Ahí la posición de ventaja la tiene China. Será diferente la negociación, de mayor equilibrio”, anticipa. En el caso de Venezuela, advierte, no es posible dar un pronóstico claro.
“Todo forma parte de una estrategia más complicada, que no tiene que ver con el comercio, sino con la conjunción de varios elementos”, que superan lo político y que tienen relación con delitos de crimen organizado, dice a la VOA.
Mariano de Alba, abogado experto en derecho internacional y diplomacia, indicó en X que el viaje de Grenell a Caracas, si se materializa el acuerdo sobre deportaciones, “podría debilitar” la disposición de otros países a “continuar aislando” al gobierno de Maduro.
A su juicio, la política de Trump hacia Venezuela “todavía no está totalmente definida” y, como Cardozo, dice notar una “contradicción” entre el discurso de algunos funcionarios de EEUU y las acciones concretas de su gobierno.
Por ello, concluye de Alba, el liderazgo opositor ha reiterado que la solución a la crisis está “en manos de los venezolanos”.
Con información de Voz de América
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