Antuán es uno de los más de 40 mil niños que en lo que va de año han cruzado la selva del Darién. Es venezolano, tiene 4 años y se encuentra Centro de Atención para Personas Migrantes y Refugiadas (CAPMIR) —a unos pasos de la frontera Aguas Calientes, entre Honduras y Guatemala— Ahí, junto a otros niños, niñas y adolescentes, le dio vida a un monstruo color naranja, cuyo emocionómetro lo ubica como un monstruo frustrado. El verde representa la calma.
Mientras sus padres reciben asesoría para obtener refugio migratorio en Guatemala o información sobre el resto de la ruta migrante, Antuán y otros niños se divierten en una sala de juegos donde el mundo les es diferente: hay rompecabezas, colores, hojas de papel y frases que repiten “todos los sentimientos están bien”.
Lo primero que Antuán hizo al llegar al salón fue hablar sobre sus emociones a través de los monstruos de colores. Luego se abrió a otras realidades y comenzó a dibujar la casa de sus sueños donde él es más grande que la casa y donde levitan corazones en el cielo.
Para Daniela Gutiérrez, coordinadora regional adjunta del programa de protección a personas migrantes y desplazadas internas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en México y América Central, los flujos migratorios se han complejizado y cambiado en los últimos años.
“Antes, los flujos migratorios que atravesaban la región estaban compuestos principalmente por hombres adultos. Ahora vemos que los flujos migratorios están compuestos por un sinfín de perfiles como mujeres, mujeres embarazadas, personas adultas mayores, niños, niñas y adolescentes, algunos de ellos no acompañados”, dijo Gutiérrez en una entrevista con la Voz de América.
Antuán llegó a Guatemala con sus padres tras abandonar la escuela, sus amigos y la comunidad en la que vivía en Venezuela, país del que procede la mayoría de migrantes localizados en Guatemala. Entre enero y el 17 de septiembre de 2023, 15.170 migrantes fueron localizados en el país centroamericano, de estos 10.127 eran venezolanos.
La OIM pide acciones a nivel regional por aumento sin precedentes de migrantes en Centroamérica y México
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hace un llamamiento a los gobiernos de Centroamérica y México para que cooperen en el abordaje de las necesidades humanitarias inmediatas de las personas en movimiento mientras cifras sin precedentes de migrantes vulnerables transitan por toda la región. La Organización pide, además, soluciones a largo plazo para luchar contra los agentes impulsores de tales movimientos migratorios.
"La situación pone de relieve la urgente necesidad de que haya una participación colectiva inmediata de parte de los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino, para brindar asistencia humanitaria, en especial a los grupos en situación de vulnerabilidad como las mujeres y los menores”, señaló Michele Klein Solomon, Directora Regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe.
El Servicio Nacional de Migración de Panamá ha informado que este año hay una cifra récord de personas migrantes que están cruzando la peligrosa selva del Darién desde Colombia. Al 23 de septiembre, más de 390.000 personas habían desafiado esta temible ruta; 82.000 personas migrantes lo cruzaron tan sólo en agosto, siendo esa la mayor cifra mensual registrada hasta el momento. La mayor parte de esas personas migrantes son de Venezuela, Ecuador y Haití.
Más allá del marcado aumento en la cantidad de personas que están haciendo el viaje, la tendencia más significativa ha sido el cambio de los migrantes cubanos y de naciones africanas, que cada vez más están eligiendo rutas aéreas para llegar a Centroamérica, evitando el Darién para continuar con sus viajes hacia el norte. Solamente 4.100 personas migrantes de África han cruzado el Darién entre enero y julio de 2023, un descenso de 65% en comparación con el mismo período en 2022; en cambio Honduras ha sido testigo de un aumento impactante de 553% en llegadas desde naciones africanas, alcanzando la cifra de 19.412 personas a través de esta frontera meridional. De igual modo, se informó la presencia de tan solo 524 cubanos en el Darién en este período, en contraste con los 17.157 registrados como llegados por vía terrestre en Honduras.
Discriminación racial, un factor que hace más difícil la situación de los migrantes venezolanos
A los problemas que afrontan los migrantes venezolanos en Colombia se suma uno más para una parte de esa población: la discriminación racial, según lo muestra una investigación impulsada por el programa Integra de USAID y el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, reseñada por el portal migravenezuela.com
Los resultados de la investigación, titulada “La situación de la población afrovenezolana en contextos migratorios en Colombia”, fueron presentados en un foro convocado por el Observatorio Javeriano de Desigualdades.
La piedra angular de la investigación consistió en identificar las experiencias y condiciones de la población afrovenezolana migrante, basándose en gran medida en testimonios de vida.
Para la recolección de datos se trabajó en Bogotá, Cali, Cúcuta, Medellín y Riohacha y en cuanto al análisis de experiencias migratorias se tomaron en cuenta las historias biográficas de 13 personas entrevistadas.
Las mujeres fueron el eje de la investigación, dado que fueron ellas las más dispuestas a entregar sus testimonios, que dieron cuenta de los actos discriminatorios.
Margarette May Macaulay, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mostró su interés por la investigación y envió un mensaje relacionado con el informe, en el que destacó la importancia de estas investigaciones.
“El tema central de este foro es muy oportuno, en los últimos años hemos observado que la mayoría de los migrantes venezolanos expuestos a situaciones de vulnerabilidad son personas racialmente discriminadas, ya sean afrodescendientes o indígenas”, afirmó Margarette.
Los principales temas bajo los que se ve una clara discriminación para los afrovenezolanos migrantes, según la investigación, son el acceso a la vivienda, la educación, a sistema judicial, a la salud y a la seguridad alimentaria.
Mediante las entrevistas y encuestas se identificaron situaciones de discriminación por razones etarias, xenófobas y de violencia de género.
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