11 October 2013
Pedir exámenes psicológicos o psiquiátricos por razones políticas es algo más que un disparate. Oculta un primer paso de una escalada que puede llegar al terrorismo de estado, alerta el psicólogo Vladimir Gessen en entrevista para El Diario de Caracas, en relación a la petición de los diputados Andrés Eloy Méndez y Elvis Amoroso de que se le hagan exámenes psiquiátricos a los también diputados Julio Borges y Nora Bracho.
Gessen agrega que Nicolás Maduro debe impedir que los factores estalinistas del oficialismo copien el modelo de represión psiquiátrica que se ha aplicado en regímenes dictatoriales y vinculen a su gobierno con estas prácticas a menos que se quiera copiar –desde la presidencia- el modelo de un dictador tiránico y brutal como Joseph Stalin.
La oposición venezolana tiene que ser firme y hacerle frente a esta amenaza, y el Colegio de Psicólogos, la Federación de Colegios de Médicos y las Asociaciones de Psiquiatría de Venezuela deben pronunciarse en contra del uso de procedimientos de la Psiquiatría o de la Psicología para fines políticos y mucho menos con el objeto de represión social y política o de limitar las libertades o los derechos humanos de los ciudadanos.
Los diputados Andrés Eloy Méndez y Elvis Amoroso han propuesto investigar las actitudes de Julio Borges y de Nora Bracho y recomendar exámenes psicológicos para ambos parlamentarios. ¿Qué piensa al respecto?
– Lo que hicieron los diputados opositores Borges y Bracho fue pedir averiguar presuntos delitos perpetrados por funcionarios oficialistas o con su complicidad, como el caso de pudreval o el de Makled, los que la Asamblea se ha negado investigar por razones partidistas. Habría que preguntarle a los diputados Amoroso y Méndez qué sugerirían entonces cuando observan el comportamiento del presidente cuando dice por ejemplo recibir mensajes del difunto Chávez por intermedio de pajaritos. No se debe nombrar la soga en la casa del ahorcado. Pero, pedir exámenes psicológicos o psiquiátricos por razones políticas es algo más que un disparate. Oculta un primer paso de una escalada que puede llegar al terrorismo de estado.
¿Cómo es eso de terrorismo de estado?
–En la extinta Unión Soviética estas prácticas de usar a la psiquiatría con fines represivos fueron funestas. Por ello la Asociación Internacional de Psiquiatría expulsó en 1983 a este país de su seno. En los hospitales psiquiátricos comunistas –llamados psijushka o psicoprisión- eran llevados los presos políticos para desprestigiarlos personalmente, así como presentar sus ideas como absurdas para intentar arruinarlos política y afectarlos psicológicamente. Todo ello, además de inhabilitarlos mientras están “internados” en una supuesta institución de salud del estado, en la cual le aplicaban electroshock, radiación, aislamiento, trabajos forzados y otras formas de tortura. Igualmente, permite al opresor aplicar drogas narcóticas o psicotrópicas con secuelas graves. El diagnóstico que usaban habitualmente era el de “esquizofrenia lentamente progresiva”. Fueron innumerables las víctimas de esta represión terrorista por parte del estado soviético. El primer ministro comunista Nikita Khruschev llegó a decir en 1959 que aquellos que se oponían al comunismo, su estado mental no era normal. Asimismo, se ha denunciado que hospitales de salud mental en Argentina fueron utilizados por la dictadura militar argentina para encarcelar a disidentes. Incluso, algunos psiquiatras dirigieron un proyecto que supervisó torturas a opositores dentro de hospitales psiquiátricos.
¿Usted cree que en pleno siglo 21 esto pueda ocurrir en Venezuela?
– Ya está ocurriendo. Recordemos que un venezolano al cual le fue expropiada su propiedad, decidió luchar por sus derechos y se declaró en huelga de hambre, el Estado reaccionó acusándole de perturbado mental –a pesar de que 9 pruebas psiquiátricas y psicológicas, lo juzgaron absolutamente sano, incluso las de Medicina Forense del CICPC y la de la Cruz Roja. Sin embargo, fue hospitalizado a la fuerza en un hospital militar e insólitamente –bajo tratamiento psiquiátrico y médico- murió. Me refiero a Franklin Brito. Ahora, aparecen dos diputados oficialistas pidiendo exámenes psiquiátricos a dos diputados de la oposición. Luego pedirán que los declaren insanos mentales y los encierren en una psicoprisión.
En la Unión Soviética se usó la psiquiatría para aplastar a la disidencia y amedrentarla. Esto es lo que se quiere hacer aquí cuando un comportamiento normal como es el de hacer oposición se señala como una conducta anormal. Lo que se quiere construir es una premisa de represión como la de los comunistas soviéticos, en donde cualquier persona que fuera disidente del régimen no podía estar en su sano juicio. Ahora, se pretende aplicar amañadamente un reglamento para silenciar –en un Parlamento- la voz de la disidencia, de la oposición. Amnistía Internacional ha informado que en Yugoslavia, Hungría, Checoslovaquia, Argentina, Rumanía, en las desaparecida República Democrática Alemana y la racista Sudáfrica, Japón y Cuba, en regímenes dictatoriales, se han aplicado la persecución y represión psiquiátrica.
La oposición venezolana tiene que ser firme y hacerle frente a esta amenaza, y el Colegio de Psicólogos, la Federación de Colegios de Médicos y las Asociaciones de Psiquiatría de Venezuela deben pronunciarse en contra del uso de procedimientos de la Psiquiatría o de la Psicología para fines políticos, y mucho menos con el objeto de represión social y política, o de limitar las libertades o los derechos humanos de los ciudadanos. Nicolás Maduro debe impedir que los factores estalinistas del oficialismo copien el modelo de represión psiquiátrica que se ha aplicado en regímenes dictatoriales y vinculen a su gobierno con estas prácticas a menos que se quiera copiar –desde la presidencia- el modelo de un dictador tiránico y brutal como Joseph Stalin.
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